2/07/2015

MI OPINIÓN DE CINCUENTA SOMBRAS DE GREY

Cincuenta sombras de Grey: Un trasfondo selectivo.

Hola, hola!!! ¿Cómo están? sí, he estado un poco ausente con las opiniones y reseñas, pero he estado muy ocupada con la facultad.

En el día de hoy, vengo a hablarles de mi vista de Cincuenta Sombras de Grey, esta opinión no la quería subir y no es una reseña, porque ya había visto muchas muy buenas... Pero en vista de algunos comentarios que he visto en las webs al respecto, decidí pronunciarme hacia ciertos comentarios acerca de la saga.




Cincuenta sombras de Grey es una trilogía escrita por E. L James, que como muchos sabemos trata sobre una chica universitaria, Anastasia Steele, que conoce al empresario más rico y poderoso de Seattle y posiblemente de los Estados Unidos: Christian Grey al suplir a su compañera de piso en una entrevista. La atracción entre ellos es casi que inmediata y terminan en una relación nada común, relación basada en el BDSM. Christian es un hombre con muchos problemas y traumas que no cree en el amor, y Anastasia es una chica inocente que ve en él algo más de lo que él mismo ve. En conclusión, es la única que logra ver más allá de sus hermosos ojos grises.

¿Por qué les escribo esto? Bien, he visto algunos comentarios algo ilógicos y absurdos sobre la historia, comentarios que me hacen preguntarme: ¿Realmente se leyeron la historia? ¿Soy la única a la que le importó muy poco el sexo y se fijó en la bonita historia de amor plasmada en él?

Cincuenta sombras de Grey es un libro que empecé por recomendación de una amiga (realmente me avisó del alto contenido sexual), tomé el libro y lo leí. La saga la terminé en menos de una semana... No lo negaré, quedé en una nube de sentimientos cuando la terminé... Y aunque los libros eróticos no estaban en mi lista de lecturas antes de cincuenta sombras, quedé totalmente en shock al ver lo explícita que era en la descripción de las escenas eróticas y como no se veían vulgares... incluso algunas eran muy tiernas... ¿Increíble no?

Es por eso que ahora yo, voy a escribir las cinco razones por las que deberías leer y/o ver Cincuenta sombras de Grey:

1. Diferente.
Antes de leer cincuenta sombras, había estado en un mundo de libros románticos muy buenos, y de historias repetitivas que jamás mostraban un trasfondo de amor e incluso más real... FSOG es diferente, porque de alguna manera, te transporta al pequeño mundo y lío mental de Ana Steele, una chica enamorada de alguien que no es para nada como ella y que la quiere introducir a un mundo que ella desconoce. Me gusta porque Ana es una chica estudiada, ingenua pero no tonta, de modo que ella desde el principio sabe en lo que se mete al querer estar con un hombre que apenas conoce... Al leer este libro, y analizarlo, dejé de lado el sexo, y las condiciones económicas de Ana y Christian, dejándome a dos personajes inseguros de sí mismos, que al conocerse se complementan.

2. Muestra las tres caras de una relación: Amistad, erotismo y amor.
Muchos libros nos muestran historias utópicas, hay que ser sinceros, en una relación de pareja la parte sexual es importante, es la manera en la que dos personas se declaran el amor y la confianza que se tienen en la unión de sus cuerpos... No veo qué hay de malo en ello ni en que la autora le quiera dar énfasis, énfasis que no traduce a acciones porno, y defino: "El término pornografía hace referencia a todos aquellos materiales con contenido de imágenes o reproducciones videográficas que representan actos sexuales o actos eróticos con el fin de provocar la excitación sexual del receptor..."

3. Te transmite emociones.
Cincuenta sombras de Grey tiene de todo tipo de cosas, la primera vez que lo leí, al ser mi primera lectura de un  libro erótico, admito que me sonrojé muchísimo y me dije "¡Dios, qué explícito!". Lloré en escenas de Ana y Christian, me enojé mucho con la protagonista (Realmente a veces se enrolla mentalmente en cosas insignificantes) y no estuve de acuerdo con muchas de sus acciones... Y cómo no, Christian y su necesidad de control me dejaban atónita y con ganas de darle una lección... Realmente un libro que no te da emociones es un libro vacío, sin gracia y predecible.

4. Te deja elegir.
Cada persona tiene sus gustos literarios, tú puedes elegir entre lo romántico, el crimen, suspenso, misterio, erótico, etc... FSOG te da la posibilidad de elegir en qué te gusta más: el sexo o la historia de amor implícita. Yo personalmente no soy amante a las escenas de sexo, de hecho han habido algunos que no me han gustado como "Pídeme lo que quieras" de Megan Maxwell... (espero no herir susceptibilidades) precisamente porque hay unos aspectos que le quitan el sentido al romanticismo de la historia. Yo opto por lo romántico y lo dulce... Opto por esa parte de Christian que deseaba ser amado, y que encontró la oportunidad en una chica que le confió su inocencia y le dejó entrar.

5. Te transporta.
Lo más importante de este libro, y sin duda es su mejor característica, es el cómo te hace vivir la historia, preguntarte el qué sentirías, el cómo actuarías, el cuánto aguantarías, te preguntas si tú serías capaz de llegar a lo que Anastasia Steele llegó por él y por amor, y hasta qué punto en la vida real es capaz de llegar una persona por amor. Christian Grey no existe, eso se sabe, créanme, el mundo femenino lo sabe... Sino todas estarían detrás de él seguramente y los hombres en este mundo quedarían a un lado... ¡Por supuesto que no existe un hombre como Christian Grey! No hay razón para afirmar que alguien esperaría algo utópico como él... Pero sí alimenta a una mujer a buscar no precisamente a quien cambiaría por ellas, sino a quien estaría dispuesto a aceptarlas a ellas.

Yo personalmente estoy a favor de esta bonita saga y recomiendo a quienes aún no la leen o ven la película a crear sus propias opiniones y darle una oportunidad a LA HISTORIA DE AMOR, yo no soy fan del sexo, soy fan del amor de Christian y Anastasia...

Y tú... ¿De qué eres fan?




  





1/28/2015

ICONOS ROSITAS DE REDES SOCIALES PARA TU BLOG



¡Hola! Hoy les traigo un mini pack de íconos rositas de redes sociales para su blog... 

¡Bien! Esta vez he estado trabajando en algunos íconos, soy fanática de la personalización y por eso, les traigo en esta ocasión íconos rositas para sus blogs, espero que les gusten y si tienen una petición pues no olviden dejarme su comentario en la entrada.

¡Besos! ¡Y hasta la próxima!












1/18/2015

LA REENCARNACIÓN DE AFRODITA - CAPITULO 4




4 - Una misión del Olimpo

El despertador sonó justo a las siete de la mañana, Sean se levantó con un ligero dolor de cabeza sin saber por qué, quizá por el poco sueño que había tenido la noche anterior, tenía que comenzar con el entrenamiento de Reyna, él era su guardián después de todo, sin mencionar que el mejor,  y ella era la diosa más importante en ese momento. 
Se duchó y vistió rápidamente, bajó al comedor poco después a desayunar, y la cafetería estaba casi vacía a excepción de un par de chicas que comían en una de las mesas, lo cual era extraño, a esas horas ya debía de estar llena de adolescentes pidiendo desayuno a la señora Haart… 

Al terminar, sean se dirigió a dejar la bandeja en su lugar, donde encontró a la cocinera empacando un par de cosas.

─Disculpe, señora Haart ─preguntó Sean a la mujer─. ¿Sabe dónde están todos?

─Uh, sí… En el patio, cariño.

─Gracias ─contestó él dándose la vuelta para llegar al exterior, esta situación era demasiado extraña para la academia. 
Al llegar, Sean notó la cantidad de hombres que estaban detrás de los árboles viendo hacia el claro donde entrenaban los guardianes, intentó pasar pero el camino estaba totalmente colmado de adolescentes curiosos y por ende, cerrado.

─Muévanse, joder… ─ordenó en un tono bajito Sean.

─Hermano, este espectáculo nadie quiere perdérselo… ─se quejó uno de los chicos.

─¿De qué demonios hablas? ¡Es suficiente! ¡Se mueven y me dejan pasar, maldita sea! ─gritó Sean al sentirse casi que aplastado por la multitud de personas aglomeradas quienes al verlo y ver que se trataba del guardián de primer nivel de Reyna le abrieron un pequeño espacio, espacio que Sean finalmente pudo aprovechar para colarse y ver la causa de tanto embrollo, aunque cuando vio al fin lo que sucedía, deseó no haberlo hecho.
Reyna estaba sentada en césped estirando y de vez en cuando levantaba su trasero al aire para tomarse la punta de los pies, tenía ropa deportiva ajustada a su cuerpo, y con su larga cabellera recogida en una alta cola de caballo desenfadada, le daba un toque real y sexy con las primeras pequeñas gotas de sudor en su cuello debido al sol. Sean no pudo evitar pasar su lengua por sus labios… Era hermosa… De eso no había duda.

Por unos minutos él se quedó tonto mirando la escena, incluso se sintió tentado en sacar su teléfono y tomar una foto, pero se resistió, de igual manera, los otros chicos ya habían hecho el trabajo por él, les pediría las fotografías luego…

«¿En qué demonios crees que estás pensando?» se reprendió él mentalmente.

─¡Bueno, basta ya! ¡Se van todos de aquí! ─gritó Sean, grito que hizo girar a Reyna y percatarse de la compañía, sus mejillas se sonrojaron como nunca antes le habían visto y paró su ejercicio físico.
Los chicos empezaron a gruñir pero se retiraron a sus labores, dejando así a Reyna y Sean solos en el claro de entrenamiento.

─Lo siento, no sabía que me miraban… ─susurró ella muy bajito, repasando a Sean con la mirada, se veía guapísimo, con su ropa deportiva, pantalones de correr y una playera negra sin mangas que daba astibo de su gran cuerpo, se estremeció ligeramente, sólo le apetecía besarlo y tocar esos músculos para asegurarse que eran de verdad.

─Claro… ─masculló Sean incrédulo, Reyna le lanzó una mirada envenenada que él ignoró─. De acuerdo, empezaremos con un trote suave de quince minutos y luego un par de ejercicios… Después con algunos movimientos básicos de defensa personal… ¡Ya!
Sean dio un aplauso indicándole que empezara y ella obedeció, agradecida de tener en qué pensar y alejarse de la humanidad de Sean. 

Exactamente quince minutos más tarde, Reyna había acabado las rondas de trote y estaba sudorosa, con la respiración un poco irregular, algo que no pasó desapercibido para Sean.


─Tu estado físico es bueno, algo que demostraste saltando del tejado ayer sin hacerte daño alguno, tienes ideas de calentamiento físico… Dime… ¿Entrenabas para algo? ─preguntó Sean con los brazos cruzados.

─Soy bailarina… No profesional pero estaba en las puertas de ello…

─Eso me sugiere elasticidad… Estupendo… Se te dará bien escalar, y maniobras más complejas de las que pensaba enseñarte… ¿Puedes levantar la pierna hacia la cabeza y tocártela con la mano? ─Reyna dudó, esperaba que el movimiento que Sean le pedía era el que ella tenía en mente, levantó su pierna derecha en alto y se tomó el pie, era un movimiento básico.

Sean asintió frunciendo el ceño y con un gesto de mano le indicó que podía bajar su pierna extendida, Reyna obedeció, pero luego pensó…

─Ah, esto lo aprendí… ─dijo, se echó hacia atrás arqueándose para sostenerse con sus manos, levantar sus pies y dar una vuelta, para caer de nuevo sobre sus puntitas totalmente erguida con una sonrisa de niña dibujada en la cara, el movimiento sorprendió a Sean, pero no tanto como la ternura que reflejaban los ojos de Reyna, lo cual le hizo sonreír.

Reyna lo miró con los ojos abiertos como platos, era la primera vez que le veía sonreír de esa manera.

─Sonríe más a menudo, te queda ─le dijo ella, pero no esperó su respuesta, le dio la espalda y dio un par de pasos para quedar lejos de él unos metros, luego se volvió de nuevo.

El entrenamiento transcurrió normal, Sean no le habló mal a Reyna, pero se mostraba impasible y profesional, por su parte Ray, intentó concentrarse en su familia, si se permitía distraerse, podría no recuperarla nunca.

Finalmente ambos, exhaustos, se tumbaron en la hierba húmeda debajo de unos frondosos árboles, Sean miraba al cielo, mientras Ray sólo se preguntaba si debería decir algo o continuar con la boca cerrada… Pues bueno, Sean iba a entrenarla todos los días, lo mejor era hacerse amigos ¿No?

─Y… ─empezó a hablar ella con temblor en su voz, Sean volvió su mirada hacia Ray─ ¿Entrenas a todas las “diosas” que están aquí?
Reyna hizo las comillas con sus largos y finos dedos…

─No, sólo a ti ─respondió rápidamente Sean pero con suavidad.

─¿Por qué?

─Porque te necesitamos…

─¿Por qué? ─volvió a preguntar ella, lo cual le arrancó una sonrisa reticente a Sean.

─Preguntas demasiado… ─dijo él en tono divertido.

─Bueno, quiero saber en qué me estoy metiendo, estoy entrenando a ciegas, sin saber al peligro en el que me encuentro, necesito entender lo que sucede…

─Ya te lo explicarán los mayores luego… ─le aseguró Sean, sentándose y colocando un brazo sobre su rodilla, Reyna se dio vuelta donde se encontraba para quedar boca abajo con su cuerpo y apoyó su cabeza en el hueco de su mano.

─Yo quiero que me lo expliques tú… por favor… ─Sean entrecerró sus ojos hacia Ray.

─¿Por qué? ─preguntó.

─Preguntas demasiado ─dijo Reyna con falsa queja en su voz lo cual hizo a Sean soltar una risita, algo que encendió un calorcito interior en el corazón de Ray.

─Bien, de acuerdo, como ya te han dicho, eres la reencarnación de Afrodita ¿Recuerdas las clases de tu escuela acerca de la mitología griega? ─preguntó Sean, pero Reyna arrugó el gesto, se acordaba de un par de cosas, pero no eran suficientes─. Afrodita, es la diosa de la lujuria, la belleza, la sexualidad y la reproducción. Y como todo dios, posee la mayor parte de sus poderes como la inmortalidad. También posee algo de fuerza y cambiar su apariencia. Como diosa de la lujuria y el deseo tiene el poder característico de despertar amor sentimental y carnal en dioses y mortales. Las únicas diosas inmunes a este efecto son Atenea, Artemisa y Hestia.

»Para hacer que esto suceda, Afrodita tiene el poder mental suficiente sobre las personas, haciéndoles hacer cosas que ni imaginan… en su sano juicio, aquel chico que mandaste a  bailar con aquella chica no lo hubiese hecho jamás, porque no es su tipo, y no la quiere, pero tú lograste que lo hiciera, tienes un poder mental sobre las personas… Incluso en los dioses, excepto a las diosas que te mencioné.

»Hace poco, algo escapó del inframundo, no sabemos exactamente qué, son sombras, como las que viste ese día y querían asesinarte, están intentando eliminar a los dioses reencarnados y eso sólo puede significar que algo grande se avecina, algo que sólo ustedes pueden detener y ellos tienen que impedir que ustedes lo logren…

»Tenemos a casi todos los dioses, sólo no hemos podido encontrar a Atenea, una pieza clave, pero no hay pistas, ni huellas sobre ella, nadie sabe dónde se encuentra, y tememos que no alcancemos a encontrarla, por lo que entonces la pieza clave eres tú, tú eres la que debes hacer que las piezas claves que necesitemos para encontrarla se nos den, porque no querrán decirnos nada… 

─¿Quieres decir que estoy aquí para ayudarlos a encontrar a Atenea? ─preguntó Reyna.

─Así es… ─dijo Sean asintiendo.

─¿Y por qué estoy entrenando si sólo tengo que convencer a las personas de que nos digan lo que saben? ─pregunta Ray levantándose del suelo y sentándose recostada al tronco de un árbol.

─Porque es demasiado peligroso que no sepas defenderte, en toda batalla pueden haber sorpresas, por más preparados que vayamos contigo, si algo pasa, tienes que saber cómo enfrentarlo, sino, te matarán y todos nuestros esfuerzos por encontrar a Atenea, serán en vano.

Reyna asintió intentando digerir las palabras de Sean, ver el trabajo que tenía por delante le asustó mucho, pero le dio más sentido a su estadía en la academia, una parte de su cerebro todavía le parecía que todo eran cuentos, mitos, pero la otra parte, la que la hacía verse en el espejo, y manipular personas… Esa le decía que ella tenía una misión, y si la lograba, recuperaría a su familia.

─Gracias por decirme ─Ray parpadeó con ternura hacia Sean a quien por un momento, le recorrió un estremecimiento, por lo que sólo asintió y se obligó a apartar la vista─. ¿Qué hay de tus padres? ¿Siempre has hecho esto?

─Mis padres son guardianes, al igual que yo… No están aquí, están viajando recogiendo pistas para encontrar a Atenea, llegarán en dos meses, que son los que tenemos para entrenar, y empezar a viajar nosotros en su busca… ─Reyna asintió con un nudo en la garganta, le hubiese gustado haber nacido guardiana, tendría a sus padres consigo y ellos no tendrían que olvidarla, las lágrimas se acumularon en sus ojos, queriendo verter de ellos.

─¿Cómo llevas lo de tus padres? ─preguntó Sean sin percatarse de la reacción de Reyna, pero al sentir el silencio entre los dos, la miró instintivamente y se dio cuenta que ella luchaba por no llorar…

─Todavía no puedo creerlo, siento como si hubiesen muerto… ─hipó.

─Lo siento ─dijo Sean quien estiró su mano para tocarle la mejilla sin pensarlo, un gesto tierno que Reyna agradeció cerrando los ojos y acomodando su rostro a la mano de Sean, quien arrugó el gesto con dolor.
«Quiero creer que eres buena, quiero creerlo» Se decía Sean mentalmente mientras veía el hermoso rostro de Reyna descansar en él, que al abrir los ojos le hizo estremecer, su ternura e inocencia… Le hacía querer besarla, estrecharla entre sus brazos y perderse en ella… 
Sean retiró la mano abruptamente, lo que hizo a Reyna abrir los ojos como platos y preguntarse lo que había hecho.

─No me mires así ─gruñó Sean, volviendo a ser el mismo altanero de siempre con ella, lo cual le dolió, empezaba a pensar que era su amigo, y ahora de nuevo la rechazaba sin más… Se sentía tan sola en ese mundo…

─¿Por qué? ─preguntó ella intentando ocultar el anhelo en su voz, pero fracasó.

─Sólo no lo hagas…

Y con esa frase, Sean se levantó y la dejó allí, en el césped, preguntándose por cuánto tiempo debía seguir soportando aquello.


***

─¿Y… Cómo estuvo el entrenamiento? ─preguntó Angelina a Reyna mientras iban por el pasillo de la academia a recibir el almuerzo, Ray se encogió de hombros.

─Hubo paz…. Así que supongo que bien… ¿Qué tal tú? ─Ray cambió rápidamente de tema, no quería hablar de Sean, todavía le dolía.

─Tengo que trabajar en mi elasticidad, se me hacen difícil algunas maniobras de ataque por no poder estirar bien… ─dice Angelina haciendo un mohín…

Finalmente llegan a la cafetería donde todos hacen una gran fila para ir por su almuerzo, Angelina y Reyna toman sus respectivas bandejas y se forman para recibir el suyo sin ignorar por supuesto, que tienen a varios pares de ojos viéndolas como bichos raros fuera de lugar.

─Dime por favor que no me están viendo a mí por ser afrodita ─le dice en un susurro Reyna a Angelina.

─No te están viendo a ti por ser Afrodita ─le dice ésta también en un susurro.

─De acuerdo, ahora dime la verdad ─pide Reyna frustrada.

─De hecho te están viendo a ti, porque eres Afrodita y eres nueva.

─Joder.

Reyna intenta ignorar la mirada descarada de los chicos  cuando ellas pasan a su lado para buscar una mesa donde comer, cuando finalmente la encuentran y Reyna toma el primer bocado de su ensalada, siente su cuerpo relajarse, no había notado que llevaba mucho tiempo sin comer… 

─Oh, pero vean esta belleza que está aquí, Afrodita… Te imaginaba más fea cariño, pero verte con ese rostro frente a mí parece una fantasía ─dice un chico guapo, rubio y alto parado frente a ellas con una de sus piernas subida a la silla del lado de Reyna.

Angelina se ríe y por poco escupe el jugo que estaba tomando, por su parte Reyna se queda en shock intentando digerir las palabras del chico.

─Perdona ¿Tú eres…? ─pregunta Ray entrecerrando los ojos…



El chico resopla con una sonrisa cínica mientras mira a sus compañeros negando con la cabeza, diciéndoles que no sabe cómo es que Reyna desconoce algo que debería ser obvio.

─Mi nombre es James, bonita… 

─Oh, mucho gusto James… ─saluda ella con una sonrisa, luego vuelve su rostro hacia la comida y da otro bocado─. Está buena la ensalada ¿No crees?
Ray intenta volver a la conversación con Angelina ignorando a James pero el ego de macho del mismo lo hace ver rojo, se supone que ella debería caer rendida a sus pies, y sólo lo ignora como cualquier fantasma en el sitio.

Por su parte, Sean entra a la cafetería y lo primero que detecta es a la pandilla de chicos rodear una mesa, no había que ser un genio para saber quién estaba sentado allí.

─Oye, estoy hablando contigo… ¿Quién te crees para ignorarme? ─Reyna rueda los ojos con exasperación, esboza una sonrisa falsa y se vuelve hacia él.

─Nadie, sólo que ya te saludé… ¿Es lo que querías, no? ─le dice Reyna arqueando una ceja hacia él.

─Oh, nena… No tienes ni idea de con quién te metes… ─advirtió el joven, Reyna quien estaba a punto de perder la paciencia se encogió de hombros.

─Como sea… 

Al ver la expresión furibunda del rostro de James, Sean se acercó a la mesa de Reyna con su bandeja y la dejó en ella.

─Eh ─le dijo a James─ ¿Me permites? Es mi asiento.

Reyna levantó las cejas de modo que casi llegaban a su cuero cabelludo y Angelina sonreía con suficiencia, Sean era el guardián de Ray, y con él ahí estaba segura que James no se sobrepasaría con su ego y prepotencia.

─¿Cómo te soportas a esta frívola prepotente? ─le pregunta James a Sean escupiendo las palabras con puro asco.

─Me parece que no es asunto tuyo… ─le respondió Sean, pero Reyna a quien se le había agotado la paciencia con ese niño insolente, se paró abruptamente ante él ¿Quién se creía que era?

─¿Sabes algo? Me tienes harta, viniste a acosarme con el ego de macho estúpido que tienes, algo que simplemente no me importa, fui educada contigo, pero no pienso tolerar que me insultes como si fuera basura, porque la única basura que estoy viendo aquí, eres tú… ¿Quién demonios te crees que eres?

El chico sonrió con malicia, fue tan escalofriante su expresión que casi hizo temblar a Reyna quien se mostró segura de sí misma pese a todo.

─¿Quién soy? ─preguntó irónico el joven, entonces se cruzó de brazos y acercando la cabeza hacia ella, justo antes de que sus rostros se tocaran le dijo:

─Me presento, soy James McCourt y yo… Soy la reencarnación de Zeus…




1/12/2015

LA REENCARNACIÓN DE AFRODITA - CAPITULO 3





3- Afrodita Vs Hera

-Perdonen -interrumpió Sean llegando como si fuese un visitante-, disculpen la molestia, ella es mi perdida hermana, la llevamos buscando hace horas, ha perdido la memoria y no sabe muy bien las cosas, pensó que esta era su casa… me la llevaré, ven, Reyna…
«Oh, pobrecilla» pensó Miranda Doupierre al ver a la chica tan desolada y triste.
-Reyna -llamó Sean-. Es hora de irnos, ven pequeña.

Reyna parecía ida del mundo mientras observaba a quienes por diecisiete años habían sido todo para ella mirarla como una extraña, dos lágrimas volvieron a brotar de sus ojos. Sean suspiró profundo y tomó a Reyna entre sus brazos como una niña y la sacó de allí, se subieron a la furgoneta en la que habían llegado para regresar a la academia.

En el trayecto Reyna apenas podía contener los sollozos, pero ver cómo su vida se destruía de la noche a la mañana por algo que aún le parecía imposible y absurdo era desconcertante y doloroso. Por su parte Sean, quien intentaba ignorarla, sentía leves estremecimientos en su interior, él había sido guardián desde su nacimiento, siempre supo todo y por eso nunca perdió nada, pero sabía lo que era una pérdida y pese a que él no era fan de Reyna, se conmovió con su dolor.

Angelina esperaba a Reyna en su cama, sabía lo que pasaría con ella, pues ya ella lo había experimentado, la repentina amnesia de su familia todavía la desconcertaba, pero ella había superado aquello como un duelo, se hizo la idea de que habían muerto.

Reyna llegó a ella casi que abatida, parecía no quedarle más lágrimas por derramar, por lo que Angelina la tomó entre sus brazos y la abrazó con fuerza, esperando transmitirle fuerza y comprensión.

-Sabías lo que pasaría… ¿verdad? -preguntó Reyna entre sollozos, Angelina asintió con una mueca de dolor- ¿Por qué no me lo dijiste?

-No me creerías, te muestras escéptica a esta situación cuando te hemos intentando convencer de mil maneras…

-Es fácil decirlo, no vivirlo… -se quejó Reyna.

-Yo lo viví, sé lo que duele… -confesó Angelina al borde de las lágrimas, al escuchar eso, Reyna se retiró de su pecho con el gesto desencajado- Yo también tuve padres, era hija única, y los perdí, los perdí cuando me dijeron «Hola, eres la reencarnación de una diosa griega llamada Artemisa»

-si es cierto… si es verdad… ¿Por qué no podemos continuar con nuestras familias? Podríamos hacer lo que se supone que debemos hacer con nuestros padres…

-Reyna -dijo Angelina negando con la cabeza-. Tener este poder es peligroso y requiere disciplina y concentración, los padres quieren que vayas a la escuela, que hagas deberes, ayudes en la casa, pasar vacaciones… Son el punto débil… El amor es la debilidad de toda persona… No puede haber un solo vínculo entre tú y alguien de esa manera… Si encontraran todo en tu casa, te reconocerían… y te asesinarían…

-Pero…

-Entiendo tus preguntas… -le interrumpió Angelina con gesto serio-; pero debes mantener la mente en este juego…Porque…
Angelina suspiró hondo intentando pensar si era seguro decirle a Reyna alguna de sus sospechas, Reyna asintió colocando toda su atención a la hermosa rubia delante de ella…

-Creo que existe una manera de recuperar a nuestras familias… Para eso hay que entrenar, cosa que llevo haciendo hace meses, pero necesito ayuda, y creo que tú eres la indicada…

Los ojos de Reyna se llenaron de luz y esperanzas… ¿De verdad había manera de recuperar a sus padres? Si era así, ella haría lo que fuese necesario…

-¿De verdad?

Angelina asintió

-Seguramente te llamarán ahora a decirte que tendrás que entrenar, harás que te intenten convencer, pero al final accederás… Tienes un poder increíble, y por medio de ti, podremos cumplir el objetivo de nuestra existencia y así recuperar a nuestras familias… ¿Qué te dijo Sean anoche?

-Me insultó -dijo Reyna secándose las lágrimas de su cara.

-¿En serio? -preguntó Angelina incrédula abriendo los ojos como platos.

-¿Por qué te sorprendes? -preguntó Ray con el ceño fruncido.

-Sean no es así, no es grosero ni violento… Es serio, pero tranquilo y cariñoso.

Reyna soltó una risita, en otro momento se hubiese carcajeado, pero la tristeza aún embargaba a su mente y corazón.

-¿Estamos hablando del mismo Sean?

-Reyna… -comenzó a hablar Angelina con una sonrisa.

-Ray, llámame Ray… -le dijo ella con la voz entrecortada, sólo sus amigos le llamaban Ray, sus padres eran los únicos que la llamaban por su nombre completo, y escucharlo era sentir una daga en su frágil corazón.
Fue entonces cuando la puerta de la gran habitación se abrió, entrando así otras chicas que se acomodaban en sus respectivas camas hasta que captaron la presencia de Reyna sentada en la cama de Angelina.

-Oh, mira… -dijo una rubia de baja estatura mirando con una ceja levantada al par de chicas que ahora se habían hecho muy buenas amigas- Así que afrodita ¿Eh? ¿En serio pierdes el glamour hasta tal punto de hacerte amiga de la insípida Angu?

El apodo tétrico que la chica le había puesto a Angelina molestó a Reyna ¿Quién era esa Barbie sin cerebro?



Katelin Hayes


-Perdona… ¿Quién eres tú? -Ray se levantó de la cama enfrentando al cúmulo de chicas que había en el recinto.

-Odio a las fuera de onda… Soy Katelin, la diosa Hera…

Ray se mordió el labio y luego lo soltó haciendo un pequeño ruido al liberarlo.

-Ya veo… ¿Qué Hera no era la diosa vengativa y celosa del olimpo? -preguntó Ray con una sonrisa malévola, a lo que Kate respondió:

-¿Y Afrodita no era la «zorra» del olimpo?

Katelin era una chica prepotente, inescrupulosa y manipuladora, capaz de cualquier cosa, muy poco lograban sorprenderle, pero esta vez, todo fue diferente, ya que la expresión vacía de Reyna la dejó perpleja, le acababa de llamar “Zorra” y aquella chica sólo había mostrado una pequeña y engreída sonrisita.

-Supongo -respondió Reyna encogiéndose de hombros-. Pero siempre conseguía lo que quería…

-Oh, yo no estaría tan segura… -replicó la joven con ironía.

-¿Ah, sí? -preguntó Reyna cuando Sean entró a la habitación caminando erguido, con los brazos musculosos balanceándose mientras se acercaba de una manera sensual al grupo de jovencitas rebeldes…

-Tienes que acompañarme -le habló con voz fría y baja a Reyna que no podía apartar los ojos de él, Katelin, al notar la mirada ardiente que Reyna le daba a Sean, decidió jugarle una pasada, que le daría una victoria momentánea.

-Hola, hermoso… -susurró hacia él, acercándose para darle un beso en los labios, Sean no se apartó pero tampoco le devolvió el beso- ¿Podemos hablar?

-En un rato, Kate -dijo él alzando su ceja momentáneamente para ver a Reyna por encima de la cabeza de Katelin-. Estoy ocupado ahora…

Entonces, con un gesto en la cabeza, le indicó a Reyna que lo siguiera quien lo miraba con el ceño fruncido, Kate le hizo un adorable puchero a Sean, que entendiendo su punto, se acercó a ella y le dio un breve beso en los labios.

-Vamos -dijo Sean tomando del brazo a Reyna, quien miró hacia atrás para ver a Angelina que con un gesto de asentimiento le indicó que todo iba bien.

En el camino hacia el gran salón donde todos los maestros y directivos de la academia en donde se encontraban, Reyna se mordía el labio pensando en cómo el beso de Katelin con Sean había sido como una puñalada a su ego, ese chico era un maldito cavernícola arrogante, pero parecía ser sólo con ella, y ya estaba empezando a cabrearle que la tratase tan mal.

Llegaron finalmente a una amplia sala con tres hombres, uno anciano, y los otros dos debían estar en los cuarenta, o eso creía Ray.

-Afrodita -dijeron en coro los hombres más jóvenes que hicieron una reverencia hacia Reyna, quien frunció el ceño y arrugó el gesto.

-¿Cómo estuvo la salida? -preguntó el anciano.

-Perturbadora… -murmuró Reyna sabiendo que la pregunta iba dirigida a Sean, no a ella.

-Sin complicaciones, mayor…

-Perfecto, como comprenderás Reyna Hatthaway… -el anciano empezó a hablar pero Reyna lo acalló con su mano.

-Haré lo que me pidan, igual ya no tengo nada… -dijo ella afligida, el plan de Angelina había sido otro, pero quería acortar el momento lo máximo posible.

El anciano asintió y con un gesto de la mano, ordenó a Sean a sacar a Reyna del recinto, Sean tomó de nuevo a Reyna del brazo para sacarla, pero eso era algo que ya estaba sacando lo peor de ella, la trataba como una prisionera y sin piedad…

Cuando llegaron al pasillo, Reyna se dio la vuelta, asegurándose de que su cabello hiciera un movimiento suave y elegante, movimiento que dejó a Sean mirando sus preciosas y lisas hebras castañas… Dios, era hermosa…

-¿Sabes algo? -preguntó ella batiendo sus pestañas, intentando poner en práctica lo que había descubierto, Sean miró los hermosos ojos de Reyna mezclarse con la mirada sensual que ella le dirigía, parecía un hechizo, un hechizo en el que él parecía estar cayendo.

-Tienes un muy, pero muy mal gusto… Esa chica es de lo más horrible y odiosa…

Sean frunció el ceño, intentando volver a pensar, pero prácticamente, estaba poseído, poseído por el deseo carnal que Reyna le producía.

-No estoy seguro de  a dónde quieres llegar… -alcanzó a pensar él entre delirios, su respiración parecía acelerarse cada vez más y la adrenalina corría como fuego por sus venas, quería poner sus manos sobre ella, y demostrarle quien mandaba allí.

-¿Por qué no me lo dices tú? -murmuró ella y mirándole a los ojos le ordenó un <<Bésame>>

Sean no estaba seguro de qué estaba sucediendo con él, prácticamente su fuerza de voluntad se había roto, pero no tenía tiempo para pensar en ello.
Así que tomó a Reyna de la cintura y puso sus labios con posesión en los de ella, con desesperación, deseo, lujuria, casi parecían salidos fuera de sí, Reyna tomó a Sean de su cabello para atraerlo hacia su cuerpo, dándole una pequeña muestra de sus pechos al apretarse contra él, parecía tener el control, hasta que Sean emitió un gemido de placer.

Y lo perdió.

Reyna escaló en el cuerpo de Sean enredando sus piernas alrededor de su cintura explorándolo lo más que podía, y las manos de él iban bajando por su cintura, intentando buscar una de las curvas más preciosas de Reyna, hasta que un grito ahogado los hizo despertar del hechizo.

-¡Sean! -gritó Kate desde la esquina del pasillo, Sean bajó a Reyna confundido mirándola de arriba abajo, preguntándose qué demonios había pasado y por qué había perdido el control de esa manera.

-Kate -casi que gruñó su nombre, luego volvió a mirar a Reyna, pero ésta vez su mirada era dura y pétrea, casi de asco- ¿Esto fue obra tuya?

-¿Disculpa? -Reyna preguntó aturdida, aún sin recuperarse del encuentro fogoso que acababan de tener-. Yo no me besé sola…

-Desde que te vi sabía que eras una zorra -dijo Kate con los dientes apretados.

De pronto, el rostro de Reyna cambió, esa mirada tierna que ella siempre mostraba se esfumó de sí, parecía ser otra… Parecía haber cambiado.

-¿Crees que Hera alguna vez superó a Afrodita?  -preguntó con cinismo Reyna a la chica quien se echó hacia atrás como si hubiese sido golpeada- Siempre seré superior y más hermosa… Yo no hice nada con él, él solito cayó encima de mí.

-¿Pero qué coño es lo que te pasa? -le preguntó Sean con voz grave y reprobatoria, algo que hizo volver a Reyna en sí… ¿Qué demonios le estaba pasando?

-Dios… -murmuró- Lo siento tanto, de verdad… No quise…

Reyna seguía totalmente confundida, por lo que se alejó de allí dejando solos a los dos, intentando pensar en la situación… Ella no era así…

¿Qué le estaba pasando?

***

Sean parecía aturdido después de calmar a Kate y volver a su habitación, eso que había pasado allí… ¿Fue porque realmente él lo deseó o ella lo manipuló?

Fue entonces cuando recordó el beso y la manera en cómo Reyna se apretaba él, los hechizos de Reyna no podrían durar más allá del momento, por lo que él estaba totalmente sobrio ahora… ¿La deseaba?

La respuesta se la dio su mismo cuerpo, sí, por supuesto, era un guardián, pero seguía siendo hombre… Y Reyna era hermosa… ¿Cómo no podría desearla? Si sacaba de él tanto…
Pero había algo que él aún no entendía de ella… Esa personalidad agresiva cuando alguien intentaba algo en contra de su poder… ¿Desde cuándo ella se volvió tan crédula para esto? Sean dudaba seriamente que la causa fuera porque había decidido simplemente “creer”.
Reyna había demostrado ternura e ingenuidad cuando la conoció, lo cual le pareció contradictorio por supuesto, Afrodita era la diosa del amor y deseo… ¡Ella debía de tener un historial inmenso!
Algo pasaba con Reyna Hatthaway…

Y él estaba dispuesto a descubrirlo…




1/11/2015

QUITAR FONDO DE UNA IMAGEN OPCIÓN 1 - FOTOTUTORIAL

Hola amigos!!
La vez pasada aprendimos a hacer una sencilla imagen promocional, en esta ocasión, voy a mostrarles una serie de pasos para extraer una imagen de una foto.

Cabe aclarar que funciona dependiendo de la foto y la calidad de ésta, por lo que, deben intentar buscar fondos muy uniformes.

Paso 1:
Después de abrir la imagen a la cual quieren quitar el fondo, y colocarla en el lienzo, escogen la herramienta lazo de la barra izquierda.



Paso 2: 
Con el puntero del mouse presionado, marcar los bordes del objeto o persona que quieres extraer de la foto, no tiene que ser perfecto, pero es importante que todo esté dentro de la selección.


Paso 3
Una vez completo, les quedará una selección de línea punteada como lo muestra la imagen, y a continuación, en la parte superior de las opciones de la herramienta lazo, harán click en: "Perfeccionar bordes"


Paso 4: 
Posteriormente se les abrirá la siguiente ventana, es importante que en el recuadro que dice: "View" elijan la opción "On Black"


Paso 5: 
Sin cerrar la ventana (Pueden moverla de un lado a otro para que no les estorbe en la fotografía) empezarán a presionar el puntero que se mostrará como un círculo, alrededor de los bordes de  la imagen, de modo que, les irá borrando lo que no pertenezca a su selección y les irá quedando algo así como la imagen de abajo. 

Nota: Puede suceder en algunas fotografías, que dos colores se parezcan mucho y por ende las borre también, sin embargo, pueden dejarlas así y perfeccionar con el borrador difuminado luego.


Paso 6: 
Una vez terminado y satisfecho con el resultado, dar click en "Ok" y les mostrará una selección así, en donde no se verá perfecto, pero está hecha, así que no importa.


Paso 7:
En este momento, la selección estará alrededor del objeto o persona que hemos bordeado, por lo que luego de esto damos click en la pestaña de arriba: Selección > Invertir.
Aquí nos seleccionará el fondo de la fotografía y no a la modelo.


Paso 8: 
Eliminamos el fondo con SUPR y este es el resultado, pero vemos que tiene algunas imperfecciones, como muestran los círculos rojos.


Paso 9: 
Damos clic en borrador y escogemos uno difuminado como lo muestra la imagen, y borramos todo aquello que no nos guste, haciendo más pequeño nuestro pincel y aumentando la imagen dando Ctrl +


Y listo. nos quedará la imagen final, totalmente extraída y lista para hacer parte de tus fotomontajes.







Espero que les haya gustado y servido este foto tutorial, si quieren hacerme algún pedido no se olviden de dejarme sus comentarios y apenas pueda se los subiré. Un beso gigante!!
Hasta la próxima.