12/19/2014

LA REENCARNACIÓN DE AFRODITA - CAPITULO 1


El capullo de una diosa.
No es que le importara caminar, ¡Pero definitivamente sus padres debieron comprar una bicicleta para ella! Llegar exhausta a casa no era una de sus cosas favoritas, y esto sólo interfería en su escuela, a menos que Reyna o “Ray” como le gustaba que la llamasen, decidiese retirarse de las clases de baile y el voluntariado que hacía en un abandonado ancianato a las afueras de la ciudad, lo cual por supuesto no era una opción para ella.
Reyna no era “la típica” niña de nada, porque no tenía nada de típico, Reyna era la chica más popular y no de su escuela, sino de casi todas las preparatorias existentes en su ciudad, de hecho, los chicos que entraban a la universidad, esperaban ansiosamente a que ella se graduase para intentar acercarse a ella y todo porque su belleza era excepcional e irreal; sin embargo Ray no era muy sociable, no creía en absolutamente nadie, para ella todo era falso, y se asqueaba de su belleza por arrebatarle de cierta forma,  su vida, lenta y sigilosamente, tenía miedo de que al final, todo en su vida resultara siendo una mentira.
Ese día Reyna salió muy tarde, era de noche y estaba condenadamente oscuro, lo que le daba una difícil decisión para tomar: Seguir la ruta habitual con atajos solitarios, o la ruta que la haría retrasar hasta casi media hora pero con bastante tránsito y por supuesto, mucha luz y personas. Reyna echó un vistazo a sus pies, y pese a que sólo veía unos converse púrpuras, decidió que sus pies gritaban pidiendo descanso, por lo que finalmente, optó  la primera opción.
Hacía un frío que pelaba, así que ella se aseguró de estar muy bien abrigada antes de emprender su camino, su día había sido muy cansado, regresar de la escuela, terminar sus deberes y hacer su voluntariado hasta muy noche la habían dejado verdaderamente exhausta; tomó el primer atajo que encontró y se adentró a él, pero entre más caminaba, la luz se hacía cada vez más baja, discreta, hasta casi ser apenas una luz tenue. Joder, el sitio definitivamente daba escalofríos, sus pies no estaban ya tan agotados como para no haber continuado con el camino inicial, hubiese sido sin duda la mejor opción, sobre todo ahora, cuando veía a su alrededor y se estremecía al ver el callejón más oscuro del planeta…
Casi que empezó a trotar para acabar rápido el camino, Reyna se subió la capucha de su muy andrajosa sudadera para evitar ser reconocida como una chica por su cabello castaño y liso que llegaba casi a sus caderas, eso definitivamente complicaría las cosas.
El oscuro atajo cada vez parecía hacerse más  largo, por más que caminaba, parecía extenderse, las molestas bocinas de los autos casi eran un breve murmullo, y la población parecía desvanecerse tras de ella. Tenía que llegar… rápido.
Tomó la última curva para llegar al final pero cuando pensó que finalmente tenía la salida frente a ella, dos sombras que parecían casi espíritus se posaron justo en la mitad, el pánico empezó a inundar sus sentidos, la palabra “Muerte” parecía ser ahora una opción, incluso aunque sólo fuera parte de su imaginación o sólo una sombra de cualquier maldito objeto que haya podido interferir en el camino de alguna onda de luz. Reyna intentó de ignorar el obstáculo hasta que una de esas sombras pareció adquirir vida propia y habló:
─Tiene que ser una broma… ─Reyna prácticamente pudo haber convulsionado allí mismo, maldita sea… eso era algo surrealista ¿Esa cosa realmente había hablado?─; ¿Esta es la mejor manera que se les ocurre de esconder a una diosa? Qué decepción.
─Reconocería a esa belleza donde sea que fuera… ─habló la sombra acompañante, Reyna parpadeaba intentando despertarse del estúpido sueño que estaba teniendo, pero, o había muerto, o se había tomado el frasco entero de pastillas para dormir…

REYNA HATHAWAY

─Me preocupa esta soledad… ¿Cómo es que está sin seguridad? ¿Te escapaste de tus guardianes? ─preguntó la primera sombra parlante, pero realmente Reyna estaba estupefacta en su lugar ¿Debía de responderle a una sombra viviente que le preguntaba cosas raras? ¿En qué libros podría hallar esa respuesta? ¿Y de qué guardianes le estaba hablando?
─Maldita sea, creo que es muda ─dijo la otra sombra. Ray elevó una ceja hacia él.
─No jodas, es una diosa… ─le respondió su compañero, quien pareció materializarse en ese instante, de repente, la sombra cobró forma, un joven, de casi su misma edad, con cabello largo y ojos marrones apareció frente a ella… ─Acabemos con esto ─dijo.
Bueno, era bastante apuesto, Reyna bien pudo cruzarse de brazos y contemplarlo por mucho tiempo intentando encontrar la mejor postura del chico, pero no era una situación adecuada para pensar en esas cosas, lo que tenía frente a ella claramente era una amenaza. Reyna empezó a temblar ante el entendimiento de lo que las palabras del joven significaban… ¿Qué querría decir? ¿La secuestrarían? ¿Matarían? ¿Robarían?
─Recuerda, no la mires a los ojos, es peligrosa ─continuó el moreno, la otra sombra también cobró forma, con una contextura más gorda que el anterior, muy feo y se le notaba la rudeza a simple vista, sobre todo porque tenía unos cuantos tatuajes que no tenían forma alguna, parecían manchas de tintas esparcidas por su piel, el chico empezó a acercarse a ella con paso firme y decidido, Reyna quien empezó a darse vuelta para correr, no pudo alejarse lo suficiente, definitivamente sus piernas no eran lo suficientemente rápidas para escapar de ellos, el chico gordo la sujetó muy fuerte mientras el otro empuñaba una lanza  brillante, parecía casi una espada de guerreros o algo así.
─Qué desperdicio… ─se lamentó al ver el rostro por completo de Reyna después de habérsele caído la capucha de la sudadera de la cabeza y haber expuesto su larga y brillante melena de la que tanto ella se enorgullecía.
─No, por favor… ─suplicó Reyna─. No hagan esto, por favor… ¡No les he hecho nada!
─Joder, hasta su voz es sexy ─replicó el chico que la sujetaba de los brazos mientras ella se retorcía intentando sobrevivir, la agonía era terrible, sólo podía pensar en todo lo que quería hacer, su vida no podía terminar así… ¿Por qué iban a matarla? ¿Qué habría hecho mal? ¿Alguna venganza de alguien contra su padre? No, esto no podía ser real, así que pidió con todo su ser a través de sus ojos al chico de la lanza que perdonara su vida… El hombre parpadeó un par de veces embelesado por su belleza, reconsiderando seriamente su tarea, hasta que su compañero lo hizo razonar.
─¡Amigo te está manipulando! ¡No la dejes! ¡No la mires! ─¿Qué no la mirase? Era hermosa, imposible de resistir, pero el chico sabía que tenía una tarea, así que levantó la mano para ejecutarla, Reyna dejó escapar un aullido de sufrimiento cerrando sus ojos, cuando de la nada, un infierno se desató ante sus ojos: dos chicos estaban luchando contra sus agresores, como una guerra memorable de la época griega, era impresionante, su estado de shock al verlos no la dejaba pensar bien: ¡Era su oportunidad de escapar! ¿Cómo podía quedarse viendo ahí no más boquiabierta y esperar por su muerte? ¡Era estúpido!
Sus atacantes pronto fueron exterminados rápidamente por los recién llegados,  Reyna volvió a gritar ¡Estaba siendo testigo de un crimen!
La conmoción de la muerte apenas pudo dejarla ver quiénes eran, porque no quedaba nada, ni cadáveres, ni sangre, es como si se hubiesen evaporado.
─Maldición, no era broma, es jodidamente hermosa… ─escuchó decir ella, una voz grave que la sacó de su estupor, de un chico alto de ojos azules y cabello rubio y liso que llegaba a su cuello se posicionó frente a su humanidad, le tendió la mano mientras se presentaba ─Soy Keanu Griffin, pero me dicen Ken, no te haré daño…

KEANU GRIFFIN

Reyna no sabía por qué, pero le creía, así que correspondió el saludo apretando suavemente, el chico asintió con una sonrisa conciliadora, era supremamente guapo, transmitía calidez y esperanzas ¿De qué? Nadie estaba seguro.
Reyna ladeó un poco su cabeza para poder divisar al otro chico que estaba allí, Ken dio un paso al costado para darle mejor visión, el chico se mantenía de espaldas a ella mientras analizaba el escenario sin percatarse si quiera que ella seguía allí.
─Él es Sean Jankross ─le explicó Ken, Sean, quien escuchó ser nombrado se dio vuelta y fue cuando Reyna pudo visualizar al que podría decirse, era un chico de ensueño, parecía ser sacado de revistas o películas: alto, atlético, misterioso… Si Ken irradiaba calidez y confianza, Sean parecía más bien sacar pura testosterona por cada poro de su blanca piel…

SEAN JANKROSS

Reyna no pudo evitar ruborizarse al verlo mirarla con ojos intrigados pero definitivamente sensuales… En su interior, no podía evitar regocijarse por su apariencia, esperaba que le fuese útil con este chico… realmente sería muy…
─Así que es ella ─Sean escupió las palabras como veneno, de repente ya no se veía sexy, sino terriblemente odioso e impertinente. Ray tragó en seco.
─No entiendo, esos chicos querían matarme, diciendo yo no sé qué cosas de mí, y ahora llegan ustedes a salvarme como si supieran quien soy y me conocieran de toda la vida ¿Qué pasa? ─exigió Reyna
Sean gimió y Ken sonrió tiernamente.
─Genial, una maldita Isolated, esto era lo que faltaba…─ Se quejó Sean, Reyna se echó hacia atrás como si hubiese sido abofeteada, Ken puso los ojos en blanco y le explicó:
─No sabes quienes somos… Lo que me hace deducir que nadie te dijo lo que eras y quien eras… ─Reyna frunció el ceño─ A ver… ¿Cómo te lo explico?
Pasaron unos segundos, y el rostro de Ray se descomponía cada vez más, Sean finalmente perdió la paciencia, sacó a Ken a un lado y le dijo directamente la situación más increíble que Reyna alguna vez pensó que alguien le diría.
«Eres la reencarnación de Afrodita»
¿Qué?
Los ojos de Reyna parecían querer salirse de sus órbitas ¿Qué había dicho? ¡De ninguna jodida manera! ¡Tenía que despertarse ya! ¡Este sueño ya estaba pasándose de la raya!
─Sí créelo, bonita… ─Continuó Sean─. Ahora vamos al refugio y acabemos con esto, nos has dado mucho trabajo y necesito descansar de una jodida vez…
Sean tomó a Reyna del brazo quien se estremeció ante su grande y suave mano rodear su pequeño bíceps, Ken rodó las ojos al ver la rudeza de Sean con Reyna, quien no hacía más que preguntarse cuál era su problema… testosterona pura… e Idiotez pura…
Terminaron llegando justo donde se encontraban parqueadas dos extrañas motocicletas saliendo del oscuro callejón, Reyna apenas podía pensar donde la llevaban, sólo se estaba preguntando de dónde salían tantos inventos de su cabeza ¿Tan desesperada estaba por un novio verdadero que tenía que soñar que eran mágicos o alguna tontería de esas?
Ken detuvo a Sean quien estaba a punto de sacarle un moratón a Reyna en el brazo del que la tomaba, se volteó hacia la estupefacta pero hermosa muchacha y le preguntó:
─¿Quieres ir en su motocicleta o en la mía? ─Reyna al ver que su brazo protestaba poderosamente por el dolor ante el agarre de Sean, le hizo un gesto a Ken para que la recibiera en la suya, éste sonrió y la liberó de Sean quien sin decir una sola palabra se subió en su motocicleta y aceleró en la oscuridad, Ken por su parte se tomó el trabajo de esperar a que Reyna se acomodase detrás suyo y emprendió el camino.
Después de varios minutos, Reyna finalmente se percató de algo ¿Cómo sabían dónde vivía ella? O más bien, se dio cuenta que de hecho no lo hacían y que la llevaban a otro lado ¡Pero qué estúpida!
¡Eso Reyna, van dos estupideces el día de hoy!
─¿A dónde me llevas? ─preguntó ella aterrorizada a través del fuerte viento.
─A un lugar seguro ─respondió Ken tan suavemente, que Reyna tuvo que hacer un buen esfuerzo para escucharlo.
─¡NO! ¡Necesito ir a casa! ─exigió ella intentando ver cómo parar la motocicleta y bajar de ella.
─¿Cómo te llamas? ─preguntó Ken
¿En serio? ¿Ahora es que recuerdas preguntar mi nombre? Pensó.
─¡Ni creas que te lo diré! ─protestó ella e hizo un movimiento brusco que provocó el balanceo de la moto y caer arrastrados de costado en la carretera
─¡Demonios! ─se quejó Ken con un dolor punzante y desagradable en su costado, por su parte Reyna se arrastraba por el suelo intentando colocarse de pie para huir, pero su extremidad derecha parecía casi que inmóvil, ¡Le dolía horrores! ─¡Sean!
El chico gritó el nombre de su compañero, Reyna resopló mostrando su incredulidad ¿Cómo pensaba si quiera que Sean a la distancia que iba le iba a…?
Dos zapatos se posaron en su mirada y ella aún temerosa alzó la vista hasta que… ¡El mismísimo Sean de pie frente a ella con una mirada furibunda!
Se agachó hacia ella, le tomó de la barbilla fuertemente y con los dientes apretados le advirtió:
─Eres estúpida ¿Qué pensabas hacer? Vas a venir con nosotros y deja de causarnos tantos problemas innecesarios o voy a tener que recurrir a medidas extremas ─dijo él mostrándole unas cuerdas que tenía en sus manos  ─Y créeme, no es genial cuando me sacan de quicio y pierdo mi “Yo” Noble interior…
¡Ja! Era una broma ¿Cierto? ¿Sean, noble? Parecía de esos tipos tenebrosos, esos que en la tele resultaban siendo el asesino de la película de terror; hermosos, misteriosos y seductores al principio, pero para cuando acaba el filme, son los escalofriantes villanos.
Sean levantó del brazo a Reyna y la llevó donde estacionaba su motocicleta, Reyna pensó en resistirse, pero el agarre de advertencia de Sean la hizo callar, la subió en la motocicleta detrás de él y tomó la cuerda, la pasó por su espalda y cintura y la amarró con la cintura de él, de modo que el torso de Reyna quedó totalmente pegado a la segura musculosa espalda de Sean, a Reyna le recorrió un ligero escalofrío, quiso sumergir sus manos por debajo de la chaqueta de Sean sólo para saber si su teoría era cierta, pero la cara de pocos amigos de Sean que vio por el retrovisor  la hizo tragar y abstenerse, joder, daba miedo.
Por su parte, Ken se componía y se levantaba del suelo, quien con un asentimiento le dijo a Sean que estaba bien y al ver la expresión de terror que Reyna tenía instalada en su rostro, le tapó la boca con una cinta gris que llevaba en su bolsillo.
¿Pero qué nadie veía lo que ocurría? ¡Por el amor de Dios! ¡La estaban secuestrando y nadie decía nada!
─No pueden vernos, los hemos cegado, así que no intentes nada, vendrás con nosotros ─explicó Ken y emprendieron la marcha.
No tardaron mucho tiempo, apenas unos diez minutos les tomó salir del centro de la ciudad e ir a la zona rural y despoblada más allá del este, Reyna pareció distinguir una especie de ¿Castillo? ¿Mansión? ¿Academia? ¿Iglesia? No estaba segura, notó una multitud que esperaba con suma perplejidad a la muchacha, pero tremenda sorpresa se llevaron al verla atada y amordazada ¿Qué se supone que pasaba con la hermosa Afrodita?


─Mayor ─dijo Sean desatando el nudo que le tenía amarrado a Reyna, ésta se quitó la cinta de la boca y se bajó cautelosamente mirando los rostros impresionados de los hombres y las expresiones de envidia de las chicas a su alrededor ¿Dónde demonios estaba?─. Hemos traído a la chica.
─Oh, mi Dios ─exclamó alguien de la muchedumbre─ ¿Ella es Afrodita?
─La reencarnación ─Corrigió Ken con los ojos clavados en ella.
Los ojos verdes y asustados de Reyna se movían sigilosamente a través del paisaje, tenía miedo, no sabía qué hacer, sus padres debían de estar muy preocupados por ella.
Ciertamente, Reyna era perfecta, esbelta figura, ojos penetrantes, pestañas largas, nariz estilizada, labios carnosos y provocativos, mejillas rosadas, cabello castaño, liso y largo, sí, era hermosa.
─Tu nombre ─preguntó el anciano al que llamaban “mayor”
Reyna tragó intentando pensar ¿Debía decirle? ¿Debía callar? No sabía lo que estaba pasando, Sean tosió estrepitosamente desde donde se encontraba cruzado de brazos recostado contra el árbol más cercano y le lanzó una mirada de advertencia indicándole que hablara.
─Reyna ─dijo ella casi en un susurro, el hombre alzó las cejas pidiendo más información, Reyna suspiró y se dijo ¡Qué más da! La iban a asesinar de todos modos…─. Reyna Hathaway.
─¿Qué edad tienes?
─¿No es obvia? ─le respondió ella con tono de reproche.
─Limítate a contestar ─advirtió Sean, Reyna rodó los ojos, ese gesto hizo algo con Sean a quien le dio un vuelco el corazón viendo lo hermosa que era Reyna hasta haciendo gestos que en la gente común se veían horribles e irritantes, Reyna tomaba cada cosa y lo convertía en algo bello… Sean se reprendió a sí mismo por las cosas que estaba pensando.
Suspirando una vez más, Reyna contestó:
─Diecisiete.
─Estupendo ─aprobó el anciano con una sonrisa, luego se volvió hacia la multitud con gesto imponente─. Bien, hemos completado casi el círculo, aquí tenemos a la única descendiente directa de Afrodita…
Las personas gritaron con júbilo y Reyna parecía todavía creer que estaba en un sueño irreal y loco ¿Afrodita? Había leído algo sobre ello cuando en su escuela hablaron al respecto pero de eso a…
─Ven ─Sean apareció en su campo de visión y se la llevo casi que a rastras a alguna parte, Reyna parpadeaba y lo miraba con mucha curiosidad, Dios… era un hombre hermoso… ¿No sería él la reencarnación de Afrodita en vez de ella? Parecía más un dios.
¿Pero qué demonios estaba pensando? Y sobre todo ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Dónde estaba ella?

Todo estaba confuso y a punto de comenzar.


FINALMENTE AQUI DEJO EL PRIMER CAP DE LA TRILOGÍA
EMOCIONADÍSIMA ESTOY DE QUE SE HAYAN TOMADO EL TRABAJO DE LEERLO
LOS AMO, Y HASTA LA PRÓXIMA VEZ
¡NO OLVIDEN DEJAR SUS LINDOS COMENTARIOS!

12/08/2014

GRAVEDAD - CAPITULO 2



Después del susto que nos dio Tony anoche con el supuesto admirador que él veía por la ventana y que al final resultó no ser nadie, dormimos plácidamente en nuestras habitaciones, aunque no podía evitar la preocupación, yo también sentí que alguien me observaba… No podía equivocarme, siempre lo sabía… ¿Pero quién? ¿Alguien que esté enamorado de ti, Sky?
La rutina de ir de camino al trabajo hoy, fue la misma… Excepto porque cuando llego, es el momento en el que noto que dejé mi pase de identificación, y como suerte maldita, el vigilante es nuevo y no me reconoce…
─Le estoy diciendo que puede mirar mi DNI en su computadora─ Le digo.
─Lo siento señorita, a menos que alguien del alto mando la identifique, no la puedo dejar pasar…
─¡Oh, vamos!─ me quejo ─Estamos hablando de una empresa publicitaria, no de un búnker…
─Son las reglas…─ dice el vigilante, su expresión es dura y rotunda hasta que ve a alguien y lo llama ─¡señor!
Espera pacientemente hasta que el rostro de Drew se asoma junto a él… ¿Qué hace aquí?
Refunfuño en mi interior…
─¿Podría reconocer a la dama? Ha olvidado su pase y necesito saber si tiene autorización para entrar…─ Drew sonríe y me mira de pie a cabeza, bueno, al menos no tendré que devolverme a buscar la maldita tarjeta…
─No tengo ni idea de quien sea… Si no te muestra su DNI en su carnet no la dejes pasar─ dice Drew y mi mandíbula casi quiso hacer amistad con el suelo al escucharlo ¿Qué demonios…? ─recuerda, son las reglas…
Me guiña el ojo el muy maldito y me deja parada como una estúpida… ¡Maldito imbécil!
─Tengo órdenes, señorita…
─¡¿Y quién es ese pobre diablo para dar órdenes?!─ grito ─Llame a Cole Gelman ¡AHORA!
─Señorita, le voy a pedir que se retire…─ empieza pero coloco mi mirada asesina que sé que asustaría al mismo Hitler si éste viviera…
─¡O llama al señor Gelman, o le juro que haré que lo despidan cuando sea la gerente general!─ Bueno, fue una mentirita piadosa… Pero el hombre es nuevo, así que tampoco lo sabría…
Como era de esperarse, el hombre obedeció,  y más tarde Cole apareció para salvar mi día, le dirigí una sonrisa perversa al guardia y éste tragó en seco al ver que estaba enojada como el infierno, intenté sonreírle a Cole todo el camino a mi oficina pero no veía la hora de toparme con el imbécil de Drew, y a fin de cuentas… ¿Quién demonios era ese hombre para decidir en esta empresa?
Fracaso en su búsqueda, así que al final llego a mi oficina, tiro mi bolsa y musito un “imbécil” lo más bajo posible para que nadie de afuera me escuche…
─Me encanta mi apodo─ Dice una voz terriblemente familiar desde la puerta, levanto la mirada y lo fulmino con ella…
─Tú…─ Susurro, y él levanta las manos en gesto de defensa ─eres un imbécil maldito… ¿Por qué me dejaste ahí así?
─Te devolví el favor─ Me dice mientras entra y cierra la puerta de mi oficina silenciosamente para que nadie note que él está dentro.
─¿Favor? ¿Qué favor?─ Pregunto colocándome las manos en mi cintura intentando no tomar su maldita cabeza y aplastarla para que no vuelva a pensar ni siquiera cuando muera.
─De cómo me dejaste ayer a mí, con expectativas y esperanzas…─ Cruza sus brazos y me guiña el ojo.
Mi mundo se convierte en una bola de gelatina…
─¿Expectativas y esperanzas?─ pregunto casi que jadeante, él se acerca y pone las manos en el escritorio inclinándose hacia mí de modo desafiante y seductor…
─Tú sabes cuáles eran…
─Bueno, te aseguro que no soy talentosa en posiciones del kamasutra, no me especializo en relaciones interpersonales, ni cobro por ello tampoco…─ Le digo haciendo el mismo gesto en la mesa que él.
─¿Y quién dijo que mis expectativas tenían que ver con el sexo?─ Me dice él ladeando la cabeza sonriente.
─Entonces, explícamelas…
─Te hice una pregunta y no quisiste contestarla, simple─ Dice él, mientras vuelve a erguirse y tomar posición de defensa… Posición sexy…
─Pues yo también te hice una, y no quisiste contestarla─ Le replico cruzándome de brazos y es cuando se me ocurre otra pregunta ─Me llama la atención es el por qué tú tienes poder para dejar entrar gente a la empresa y quién no…
─Soy amigo de los dueños de la empresa, tengo poder aquí─ Dice encogiéndose de hombros…
─¿Desde cuándo los amigos de los dueños pueden tomar ese tipo de decisiones?
─Desde que las empleadas olvidan su tarjeta de identificación en casa y pretenden que luego les salven el trasero en la entrada─ Me dice sonriendo y trago apretando los puños a mis costados para no lanzárselos a la cara.
─Fuera de mi oficina─ Exijo, Drew sonríe, asiente y luego señala con el dedo algo detrás de mí.
─¿Puedo?─ Volteo a ver qué quiere y lo único que diviso es la pared blanca de la oficina y el hermoso cuadro abstracto colgado en ella, frunzo el ceño, regreso el rostro, y está plantado frente a mí, a centímetros, sintiendo su respiración; sin previo aviso, planta un beso rápido y húmedo en mis labios entreabiertos de sorpresa, se retira rápidamente, me guiña un ojo y sale de mi oficina…
Ok…
Mi mente no puede salir de su estado de shock…
Me siento en la silla, apoyo los codos en la mesa y hundo mi rostro en las manos repitiéndome: “No puedes perder el control, no puedes perder el control, tienes que protegerte, no pierdas el control…”  Dios… Pero es tan guapo, y lo que hizo al besarme, fue darme una muestra de lo que él puede hacerle a la mente de una mujer con dar sólo una probada…
Es claro que mi poder no es nada inofensivo, si alguien descubriera lo que sé hacer podría ser peligroso, cuando mis hormonas entran en acción me delato, no estoy segura de cómo funcione aún, la teoría es, dado el precepto de la ley de la conservación de la materia: “La materia no se crea ni se destruye, se transforma…”, podría decirse algo parecido con mis impulsos eléctricos neuronales, se transforman a una energía, energía cinética… Quizá yo uso esa parte del cerebro que se dice los seres humanos normales no desarrollan… No lo sé, no he querido investigar y ponerme en evidencia… Esto es demasiado peligroso…
Antes de que mi madre muriera en el hospital, me dijo que mi vida era especial, y que debía protegerla a toda costa… Habló de una misión, no dijo cual, lo que le hubiese reprochado si no hubiese sido porque empezó a hacer falla respiratoria y tuvieron que colocarle un tubo para que respirara…
Sacudo mi cabeza y vuelvo al presente… Tengo que trabajar… Abro el photoshop, mi equipo de diseño en el ordenador y comienzo a crear…

Terminada mi jornada de trabajo, desconecto todo en mi oficina, (bastante grande para un practicante a decir verdad), recojo mi bolso y salgo, no he terminado de cerrar con llave cuando el cuerpo trabajado de Drew se pega a mí impidiéndome el paso.
─Bueno… ¿Tú no tienes nada más que hacer que estarme persiguiendo por todo lado?─ Le digo, Drew enarca una ceja y da un paso atrás…
─Ni que fueses el núcleo de la tierra como para que inevitablemente la gravedad me haga ir a ti…─ Dice él ─No estoy aquí persiguiéndote, hasta hace poco salí de una reunión con los dueños de la empresa y te encontré aquí… ¿Y por qué no? Decidí molestarte un poco…
Suspiro y levanto las manos al cielo sacudiéndolas
─¡De acuerdo! Ahora, largo…─Digo empujándolo suavemente para seguir mi camino pero él me detiene…
─¿Te vas en coche?─ Pregunta y como veo una expresión bastante seria en su rostro, me muerdo un poco la lengua y respondo suavemente
─No, voy a tomar el autobús…─ Le digo.
─Te llevo─ Me dice
─No.
─¿Por qué?─ Me pregunta y yo sacudo la cabeza, no quiero decir nada más, estoy cansada, sólo quiero volver y no quiero que sea en su coche… ─De acuerdo, te acompaño…
─Drew…─ Comienzo pero él me detiene
─O te vas conmigo en el coche, o me voy contigo en el autobús, y es un transporte público, así que no puedes impedírmelo… Es tarde, podría ser peligroso…
─De acuerdo─ Murmuro, me despido de algunos trabajadores que aún quedan en la sala y salgo con Drew quien asiente hacia todos “despidiéndose” también de manera elegante…
Salimos a la parada de autobuses y mientras esperamos hablamos de muchas cosas, gustos, música, deportes… Descubrí que es adicto al chocolate y ama el fútbol, igual que yo…
Finalmente cuando el autobús nos recoge, nos sentamos y charlamos, Drew es agradable cuando no es un idiota, puede que me acostumbre a él. De pronto, de un momento a otro me tenso cuando siento que hay algo fuera de lugar, es como una molestia, como cuando algo en tu cuerpo pica y no puedes rascarte, algo no está en equilibrio, algo va a caer y no estoy segura de qué hasta que oímos el estruendo de una viga cayendo en mitad de la calle…
─¡Maldición!─ Exclama Drew, el autobús donde vamos frena de tal manera que me doy un fuerte golpe con el asiento delantero en mi cabeza, y alguien que estaba parándose de su asiento sale disparado por el vidrio del bus… ¡Oh, mierda! ─¡Sky! ¿Estás bien?
Volteo la cara hacia Drew a quien veo un poco borroso y asiento, él saca un pañuelo y me limpia donde justamente… ¡Ah! Duele…
─Me duele…─ Me quejo, él retira el pañuelo manchado de sangre y asiente.
─Sí, te golpeaste fuerte… Vamos, hay que salir de aquí…─ Dice levantándome del brazo y haciéndome caminar fuera, el resto de los pasajeros bajan a ver qué pasó y se oyen los ruidos de gritos de personas, siento que de nuevo algo hay en desequilibrio, el resto de lo que ha quedado de la viga quiere caerse y hay un niño… bastante inquieto, que quiere salir y… ¡Oh, demonios!
─¡NO! ¡CUIDADO!─ grito, pero es demasiado tarde, el niño corre justo al sitio y los restos se desprenden queriendo caer justo encima de él.
¡Joder!
Uso toda mi fuerza mental, pero sé que no voy a poder parar la viga, además, sería muy obvio que de la nada flotara encima del pequeño, lo que haré entonces, será desviarla, utilizo todo mi poder para hacer que la punta aterrice, caiga del lado contrario del niño y no donde él se encuentra para que no lo aplaste… Me toma toda la concentración, no escucho, no siento, no olfateo, no hago nada más que concentrarme en la maldita viga que quiere caerse, y con un esfuerzo finalmente, lo consigo… En segundos… La punta de la viga pega en el suelo y rápidamente le doy la vuelta al resto de la longitud para que caiga casi que a nuestros pies con un molesto sonido.
─¡OH DIOS!─ Grita su madre y sale a abrazar al pequeño, yo sin embargo, empiezo a marearme, mi cabeza quiere estallarse, y la luz empieza a estorbarme en la vista, no puedo ver nada, así que coloco las manos sobre mis rodillas con los ojos cerrados para sostenerme a mí misma y no caer desmayada en la acera…
─Sky ¿Estás bien?─ Escucho a Drew quien me sostiene con el brazo, me abraza a su costado mientras yo entierro el rostro en su hombro intentando refugiarme de la luz… ─Menuda suerte ¿No?
Drew me retira un poco para verme a los ojos ya que no le contesto, entreabro un poco mis ojos y a duras penas, es cuando noto que me observa estupefacto, la luz sigue estorbándome…
─Tus ojos… Están totalmente negros…─ Comenta y sí, él ha notado que mis ojos son verdes bastante claros…
¡Oh, mierda! Había olvidado que cuando hago estas cosas, mi pupila se dilata, y puede ocupar casi que todo el iris, esa es la razón por la que la luz me molesta… Mis ojos no cambian de color…
Frunzo el ceño, sacudo mi cabeza, cierro los ojos de nuevo y me apoyo contra él, siento que habla con alguien por teléfono y luego… Las luces se apagan para mí…


Cuando despierto estamos frente al edificio donde vivimos Naty y yo… Voy en un auto ¿Un taxi, acaso? y a mi lado está Drew con rostro de preocupación…
─¿Qué…?─ Empiezo a preguntar, siento algo pegado a mi frente, lo toco y me doy cuenta que es una venda, un algodón, no sé qué diablos…
─Estás bien, tranquila… Te han revisado y sólo fue un golpe, tienes que ir a hacerte estudios para comprobar que no haya nada en tu cabeza…
─¿No debería estar en el hospital hasta entonces?─ Pregunto, pero Drew frunce el ceño incómodo, y abre la puerta para bajarme del coche, una vez estamos en la acera y voy a despedirme de él veo que se tensa y comienza a mirar alrededor de la calle oscura con desesperación
─Entra a la casa…─ Chasquea ─¡Ahora!
Dice y casi que me empuja hasta la puerta, intento buscar mis llaves rápidamente pero no sé dónde están, Drew las tiende para mí y yo abro lo más rápido que puedo, piso el umbral, me doy la vuelta y capturo las siluetas de hombres que vienen  en nuestra dirección y un auto a toda velocidad por la calle… ¡Esto no me gusta!
─¡Maldita sea! ¡Entra!─ Dice y Drew entra conmigo cerrando de un portazo la puerta, subimos a toda prisa a mi apartamento, entramos como un ciclón y encuentro a Tony y Naty viendo películas en el sofá con las luces apagadas, Drew corre a la ventana para ver dónde están y yo lo sigo
─¿Qué pasa?─ Pregunta Naty alarmada, Tony se levanta y viene a ver por la ventana también, los hombres están intentando abrir la puerta, y parecen no poder, hasta que uno saca un arma ¡Oh, santo infierno!
─¡JODER!─ Exclama Drew, Naty enciende las luces y es cuando entonces Tony y Drew se encuentran cara a cara, la habitación de pronto pasa ser de un lugar seguro, a ser un campo de batalla, ambos sacan unas armas de sus espaldas y se apuntan mutuamente.
─¿Pero qué DEMONIOS…?─ Pregunta Naty y yo me quedo en shock mirando la escena.
Escuchamos un disparo abajo y Naty se altera al escucharlo, no entiendo nada ¿QUÉ EN EL MUNDO ESTÁ PASANDO AQUÍ?
─¿Qué haces aquí?─ Le pregunta Tony a Drew.
─No ¿Tú qué estás haciendo aquí?─ Le devuelve Drew y Tony frunce el ceño…
─¡OIGAN USTEDES!─ Los regaño ─MALDITA SEA, DEJEN ESO… HAY UNOS LUNÁTICOS ALLÁ ABAJO QUE… ¡AH!
Grito cuando escucho otro estruendo y todos nos agachamos para evitar cualquier bala o cosa que vayan a disparar…
─¿Hay alguna salida de emergencia?─ pregunta Drew
─No, pero hay algo por donde podemos salir─ Le digo
─Todos abajo, no levanten las cabezas y avancen arrodillados ¿Por dónde es?─ Dice Tony y Naty lo mira anonadada sin comprender nada…
─En el armario, por ahí─ Respondo señalando un camino de más o menos seis metros…
─¡Rápido!─ Susurra Drew, me da un leve empujoncito para que empiece pero me mareo y me tambaleo un poco así que me toma por la cintura y prácticamente me sostiene mientras pasamos corriendo hasta el objetivo.
Tony y Naty llegan después y entre ambas sacamos una de las puertas que hay en el suelo para salir al conducto por donde se saca la basura, Drew y Tony están parados apuntando con sus armas a la puerta… No hemos escuchado nada más.
─Ya no se oye nada─ Dice Naty relajándose
─Nos están buscando… Sigan en lo suyo…─ Chasquea Tony y nosotras nos volvemos a seguir abriendo el camino que escondimos…
Sacamos montones de cosas que tuvimos que meter dentro del agujero para que no sonara hueco si alguien se paraba encima de él, y ahora estaban adheridos por la humedad a las paredes de nuestra salida de escape improvisada, teniendo en cuenta lo corpulentos que eran Tony y Drew, tendrían más problemas para pasar que nosotros…
─ya está─ Dice Naty al despejar el último obstáculo, el agujero da exactamente al ducto por donde se va la basura, razón por la que obviamente no había un olor muy dulce en él… Mi cara se pone verde sólo de percibir el aroma característico de la basura…
─Entren…─ Chasquea Drew sin dejar de apuntar a la puerta con su arma, Naty pasa primero por el agujero y yo entro después de ella, arrastrarme por ese maldito agujero es incómodo, y me hago unos cuantos raspones a medida que me deslizo en él… finalmente llego al ducto común y nos deslizamos por él hasta caer en el contenedor, Naty y yo nos fijamos que no hay nadie y esperamos a que los grandulones lleguen a nosotros…
─¿Tiene alguno un transporte cerca?─ Pregunta Drew limpiándose lo más que puede después de que nos ayudan a salir del asqueroso tanque de basura…
─Yo tengo un BMW escondido en la cochera del edificio de al lado─ Dice Tony con el ceño fruncido y Naty le frunce el ceño a él, supongo entonces que no estaba enterada…
─¿Tengo un bebé tuyo justo aquí y no sabía que tenías un BMW escondido en el edificio del señor Collins?
─Sólo vamos─ Mascullo y corremos hacia la ubicación del dichoso coche, Todos nos sacamos las chaquetas antes de entrar ya que son las que peor olor tienen y los hombres se sientan en los asientos delanteros, luego de salir a las calles y  verlos conversar sobre donde sería el mejor escondite para nosotros, las hormonas de Naty (Y de verdad espero que sean las hormonas) hacen de las suyas al causarle un ataque histérico:
─¿Me pueden explicar qué diablos acabó de pasar en mi casa? ¿Por qué estoy huyendo? ¿Qué haces tú Tony con ese arma? ¿Y quién demonios es este tipo? ¿Sky?─ Se vuelve hacia mí.
─De todo lo que preguntaste sólo puedo responderte que este es Drew─ Digo con la mejor cara de póquer que sé poner… Naty alza una ceja en mi dirección.
─¿Sólo Drew?─ Pregunta y yo me encojo de hombros… ─¡Eh! Ustedes dos, dejen de ignorarnos y explíquennos.
─¿Hace cuanto que estás en esto?─ Le pregunta Tony a Drew.
─Alrededor de un mes, lo mismo que tienes tú de haber abandonado la misión… ¿Se puede saber qué estabas haciendo?─ Reclama Drew a Tony como si lo conociera de toda la vida ¿Qué pasa? No entiendo.
─Todo estaba en orden hasta que llegaste, las mantenía a salvo… Sky no se expuso en absoluto ¿Cómo se enteraron?
─¿De que es Rusa? Amigo, eso es cuento viejo…─ Resopla Drew y Tony sacude la cabeza en claro desacuerdo. Espera… ¿Rusa?
─¡Oigan puedo ser mujer y estar embarazada pero no soy invisible! ¡Alguien que me diga lo que está pasando aquí!─ Exige Naty.
─¿Quién es Rusa?─ Pregunto desubicada.
Drew gime
─¿Estás embarazada?─ Pregunta él con evidente irritación
─Amigo, creo haber mencionado eso antes ¿Sufres de Alzheimer?─ Dice Naty ¿Cómo puede comportarse así en un momento como éste?
─Eso va a suponer un problema…─ Le dice Drew mientras le hace algo a su arma.
─¿Disculpa?─ Dice Naty
─Huir en ese estado puede ser un poco peligroso y molesto…─ Se queja Drew.
─¡Bien, Honey! ¡No tenía pensado huír de nada cuando me embaracé!─ le grita Naty fuera de casillas.
─Cariño, tranquila…─ La calma Tony desde el volante.
─Ah─ Gime Drew de nuevo ─Ese es el quid, te enamoraste de la amiga.
─¡Soy la prima!─ Se queja Naty. ─Y a fin de cuentas ¿Tú quién eres, baboso? ¡Tony llamemos a la policía!
─¡No podemos llamar a la policía!─ Corean Tony y Drew al mismo tiempo.
─¿Por qué diablos no?─ Naty alza la voz en su tono usual mandón, y yo me recuesto al asiento frustrada. La cabeza me empieza a doler de nuevo.
─Porque ellos son la policía─ Le explica Drew buscando en un mapa y sacando pasaportes y DNI falsos ¿Qué demonios…?
─En realidad, son de la CIA─ Explica Tony ─Como Drew…
─¿Y tú cómo sabes eso?─ Le pregunto a Tony pero mirando a Drew quien empieza a tachar con un marcador, ciudades en el mapa.

─Porque él también es de la CIA─ Responde Drew.