No soy de las que se queja de su vida como si
fuese cualquier miseria andante, no soy de las que le gusta darse por víctima
ante las situaciones que tarde o temprano va a llegarle a todas las personas,
ni mucho menos soy de las personas que ruega por un hombre… ¿Soy extraña?
Quizá…
No me molesta ser distinta, y es que… Lo soy,
para bien o para mal, llevo algo en mis genes que quizá no sea algo muy bueno
para muchos… Pero… Para mí… ha traído ciertas ventajas también: Tengo poderes
mentales, tengo el don de la telequinesia.
No uso magia, ni nada por el estilo… Me
gustaría que la próxima vez que un hombre me bese no piense que soy una bruja
porque la adrenalina induce a mi mente a hacer levitar las cosas… Sus rostros
son un poema siempre que presencian la escena y a decir verdad aunque muchas
veces me irrita, me divierto viéndoles las caras de: “Estoy soñando…”
Puede que quizá haya tenido que caminar muchos
años de mi vida por el mundo yo sola, pero no me arrepiento de lo que soy, por
mucho que me esconda, el mundo siempre va a querer volver a mí, y el problema
es que cuando me conocen, entonces no puedo dejarles ir, no cuando mi vida está
en riesgo…
Así que guardo mi secreto como si fuera un
tesoro muy valioso… De hecho lo es, y no me quejo de lo que sé hacer ya que… Realmente
todo estaba bien en mi vida… Hasta que Dorian Gelman llegó a complicarla.
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