─¡Has hecho trampa!─ Me
grita Natasha casi que lanzando el control de la consola del wii por los aires.
─No es
cierto, supéralo─ Digo con calma mientras gano puntos extra en la pantalla de
la tele… Oh… Me encanta ganar… Y es que con lo que sé hacer no puedo influir a
una consola, Tener habilidades mentales me ha traído muchos problemas en la
vida… Pero… Tiene sus ventajas, por ejemplo, no tengo que levantarme para
recogerle el puto control a Natasha cada vez que se le cae cuando está al
teléfono con Tony en el sofá hablando cochinadas y tonterías… De todos modos, tener telequinesia, no ayuda
a ganar un juego de consola, así que ha sido legal.
─¡Juro por
Dios que ya aprendiste a influir consolas! ¡No es posible! Probabilísticamente
yo debí haber ganado…─ Me dice ella; mi prima es la única que sabe sobre lo que
sé hacer, mi otra cómplice, era mi madre y murió hace algunos años…
─¡Ya
estamos…! ¡He dicho que no! ¡Aprende a perder, mocosa!─ Le doy una palmada en
el trasero y ella ríe asintiendo una y otra vez.
─Ese maldito
juego tiene algo contra mí, lo juro─ Dice frotándose donde acabo de darle el
golpe.
─Ya… Di eso
cuando juguemos al Just Dance…─ susurro mientras empiezo a recoger todo del
suelo.
─Aquí está
la botella de vino─ Natasha me tiende una botella que nos tomamos entera
jugando y charlando en el estar de la casa, es Domingo, para muchos el comienzo
de la semana, para mí, la culminación de ella… y como nunca, estuvimos libres
de trabajos y exámenes…
Trabajo mis
pasantías en un espléndido lugar, soy diseñadora gráfica, o bueno, estoy en las
puertas de ello, y el gran jefe de toda esta compañía me escogió para hacer uno
de los proyectos de publicidad más grandes de la empresa, incluso siendo
todavía una practicante de veintidós años, casi veintitrés…
Clark
Gelman, dueño y gerente general de la compañía “Gelmin Publishing Agency” Donde
yo, por supuesto, trabajo, ha tenido fe en mí desde que decidió escogerme para
su proyecto… El lunes finalmente se lanzará la campaña que yo he llevado sobre
mis hombros junto con mi supervisor y estoy segura que va a ser estupenda…
Me siento
orgullosa de mi trabajo porque no necesito de lo que sé hacer para ser la mejor,
y es que me ha costado trabajo el controlar mis habilidades mentales… No es tan
fácil como la gente cree que es… Necesitamos mucha práctica para ello, de
hecho, aún me causa muchísimos problemas, sobre todo cuando las hormonas
intervienen en mi concentración. Debo siempre intentar mantener la calma.
¿Cómo es la
telequinesis? Pues bien, parece ser algo hereditario, mi madre me contó que por
mucho tiempo, notó sucesos extraños mientras vivía con mi papá, pero al parecer
no lograron descubrirlo por completo, sin embargo, yo desarrollé el don desde
que era una niña, razón por la que nunca fui de muchos amigos y tuve una
extraña niñez.
Ahora,
Natasha, es quien me acompaña con este secreto, lo descubrió cuando éramos
pequeñas, y decidió guardarlo conmigo, como si también fuera suyo. Somos amigas
desde entonces.
Levantar un
objeto con la mente consiste en pensar que eres el objeto y que
deliberadamente, quieres moverte; de modo que, puedo sentir la presencia de
cada objeto y persona en la estancia en que me muevo, incluso una pequeña
astilla que pueda encontrarse debajo del sofá. Al principio fue abrumador, es
demasiada información para procesar, pero he aprendido a colocarle filtro a mi
cerebro, y sólo enfocarse en lo que me interesa, como archivos en un ordenador.
─Vamos a
dormir, tenemos trabajo mañana─ Me dice Natasha haciendo un largo bostezo y
subiendo las escaleras del apartamento, yo me quedo un rato más mirando por la
gran ventana de la estancia, la ciudad es hermosa, de hecho pienso que San
Francisco es realmente hermosa, muchos piensan que el campo es más tranquilo y
mejor para el alma, y teniendo en cuenta mi estilo de vida quizá sería lo más
correcto para mí, pero no aprendí a manejar casi que por completo mi don
precisamente por huir de él, somos parte de un mundo ¿Por qué querer alejarse? Nadie
aprende a manejar sus problemas huyendo de ellos, si quieres ser fuerte,
entonces enfréntalos, De todas formas, mis tíos, los padres de Natasha, tienen
unos terrenos en Tennessee, y pasamos vacaciones allá de vez en cuando, me
ayuda a sentirme mejor cuando tengo sobrecargas.
Suspiro y
doy la vuelta para dirigirme a mi habitación, mañana será un gran día, y no me
pienso perder un solo minuto.
***
─¡Sky! ¡Sky,
despierta!─ Escucho a lo lejos, Natasha me llama insistentemente ─Son casi las
ocho de la mañana ¡Vas a llegar tarde!
─¿QUÉ?─
Pregunto y salto de la cama para ir al baño rápidamente, miro el reloj
rápidamente y me doy cuenta: 7:50 am ¡Demonios! ─¿Por qué no me llamaste antes,
Natasha?
─¡Porque no
sabía que aún estabas aquí hasta que pasé por tu habitación! ¡No puedo estar
pendiente de tu trasero todo el tiempo, bonita!─ Grita y la escucho ir a mi
armario a buscar ropa para mí
─Joder─
Mascullo y entro a la ducha a toda velocidad
─¡Te he
dejado la ropa y todo lo que tienes que ponerte en la cama, Sky!─ Grita Naty
desde fuera
─¡Gracias!
¡Vete, no quiero que tú también llegues tarde!─ Le grito y cierro el grifo, a
la mierda mi cabello, ya me lo lavaré en otro momento…
Salgo casi
que saltando, olvido secarme los pies y es tal la prisa que llevo que resbalo y
me estampo contra la cama dándome un golpe contra la cómoda en la mandíbula.
─¡Joder,
Sky!─ Exclama Natasha intentando levantarme, coloco la mano donde me he
golpeado… ¡Dios! ¡Cómo duele! ─¡Qué trompazo
te has dado…! Creo que te saldrá un hematoma… está empezando a enrojecer…
Dejo de
respirar ¿Hematoma?
─Estás
bromeando─ Le digo ¡No! ¡No puede salirme un hematoma justo hoy!
El área
golpeada palpita y siento cómo se entumece mi cara… Dios me ayude… Me siento en
la cama, miro el espejo que está sobre mi tocador, levanto mi mano y lo
desplazo hacia mí lentamente, puedo sentir las ondas que lo sostienen en el
aire, lo que no deja que caiga, cada vez que hago esto es como si estirase mi
brazo fuera de mi cuerpo trasladando yo misma el objeto…
Finalmente
cuando lo tengo en mis manos es cuando me veo: ¡Dios santo! tengo toda la
mandíbula roja
─¿Qué
demonios…?─ Digo y Naty empieza a reír como loca parada donde está.
─¡El mejor
día de tu vida y vas a salir ni un helado manchado de frambuesa en las fotos!─
El alma se me cae a los pies ¡Oh, no! Levanto los ojos hacia ella y la fulmino
con la mirada, haciendo que detenga sus risas por lo menos unos instantes.
─¡Cierra la
boca y ayúdame a tapar este desastre!─ Le grito furiosa, aprieta los labios
para controlarse y saca el maquillaje mientras me visto rápidamente, en tiempo récord, y haciendo
casi que todo vuele hacia mí, olvidándome de mi lado humano, estoy lista en
cinco minutos.
─ok, quita
esa mirada tipo “kira” de la Death Note y cierra los ojos, déjame hacer magia─ Dice Naty y yo hago lo
que me pide, cierro los ojos, me relajo y le concedo los cinco minutos para
maquillarme ─Ya está, puedes irte
No pudo
contenerse más y una risa escapó de su boca.
─Largo. ─
Mascullé malhumorada, haciéndola salir de mi camino.
Llegar a la
oficina nunca fue más emocionante, todos me saludaban como una celebridad,
bueno, al menos era celebridad sin tener que levantar mi mano y hacer volar las
sillas de las salas de estar, aunque si soy sincera, eso de levantar la mano
era sólo para colocarle algo más cool
al asunto, no era necesario mover si quiera mis ojos para lograr hacer levitar
cosas… Dios, mi poder a veces era fascinante.
─¡Sky!─ Me
llamó de golpe una voz, muy poco me sobresaltaba, había logrado controlar esa
parte de mí, pero estaba tan nerviosa que se me salió de las manos e hice
saltar una mesa detrás de mí, cerré los ojos esperando que no haya notado lo
que pasó sea quien sea el idiota que me asustó. ─¿Qué fue eso?
Cole Gelman,
uno de los hijos del jefe me llamaba, el pobre hombre siempre estuvo tras de mí
por mucho tiempo, pensando que por su enorme empresa, grandes cuentas con
montones de ceros y un trasero algo jugoso podría tenerme, pero no, simplemente
no había… Química.
─¡Por Dios,
Cole! Me asustaste ¡Pues fui yo! ¡Le di un golpe a la silla del susto!─ Miento
y él suelta una risotada.
─Todo saldrá
bien, relájate─ Quiso intentar sacudir mi mandíbula en modo juguetón pero el
dolor de mi mejilla resentida envió una corriente, tomé su mano firmemente para
que dejara de hacer eso, en realidad, hice que mi mente lo hiciera parar,
porque con mi mano dudo que hubiese podido, todos hablan de mi gran fuerza
cuando lo cierto es que hago trampa… es divertido.
─Deberían
llamarte Hulk─ Dice agarrándose su muñeca con mueca de dolor ─Va a comenzar la
reunión, vámonos…
Tal y como
esperé, la propuesta publicitaria fue perfecta y por supuesto, ya tenía mis
prácticas profesionales aseguradas, sólo faltaba ir por mi título, los aplausos
venían de todos y recibí abrazos de felicitación, el mismo Clark Gelman se
levantó a mostrarme su simpatía con un cálido abrazo cuando de pronto se separa
de mí abruptamente y se gira.
─Oh,
finalmente la familia completa─ sale de la sala y poco a poco ésta queda sola
finalmente, me siento jugando con uno de los afiches impresos de la compañía
orgullosa de mi trabajo…
─Se puede
decir que eres talentosa─ Dice una voz oscura y grave detrás de mí que nunca
había oído antes, me sobresalto porque no sentí su presencia ¿Por qué? Volteo
cuidadosamente y encuentro a un hombre vestido con un traje mirando la pantalla
que todavía reproduce el comercial, repaso mi mirada por toda su humanidad y
encuentro, que a través de su chaqueta pueden verse sus gruesos brazos, con las
manos en sus bolsillos, su cuello es grueso y no se notan imperfecciones en él…
Mi corazón parecía estar bien, hasta que tuve que ver su cara: mandíbula
cuadrada con algo de barba de un día, nariz larga y perfecta, cejas en línea
para un hombre y ojos penetrantes, cabello en punta que podría ser objetivo
fácil para tirar de él, y una boca… Oh, Dios su boca… Tiene unos labios
delgados pero perfectamente alineados… Quiero saltar de mi silla, treparme en
él y besarlo hasta quedarme sin respiración.
─Eres Skyler
Summers─ Dice él, me mira con sus ojos claros, no estoy segura si son cafés o
verdes, brillan con suma arrogancia, pero tiene una oscura sensualidad oculta
en ellos, es el tipo de hombres que están hechos para ser la tentación hecha
carne, la que ha nacido para hacerte pecar, y si no es porque estoy sentada en
la silla, me hubiese caído… Joder… tranquilízate
Sky, has enfrentado hombres guapos antes…
No,
maldición, este hombre no sólo es “guapo”…
─¿Cómo sabes
mi nombre?─ Le pregunto hipnotizada.
─Huh─ señala
con una mueca mostrando la pantalla que dice “Diseño y edición: Skyler Summers”
─Claro─ Digo suspirando
con una risita tonta. ─¿Y tú eres…?
─Drew.
─¿Drew?─
Pregunto enarcando una ceja ─¿Tienes padre, acaso?
─Supongo, a
menos que la ciencia se haya equivocado y mi madre fuese autosuficiente─ Dice
cruzándose de brazos mientras me mira arrogantemente, sacudo la cabeza ante su
tono… Fuiste tú la primera grosera,
Summers…
─Me refiero
a que si no tienes apellido…
─¿Por qué?
¿Tienes curiosidad?
─¿Cuál es tu
problema con tu apellido?─ Pregunto irritada por su reticencia a contarme su
nombre completo
─He de
preguntar lo mismo─ Dice él colocando las manos en la mesa inclinándose
amenazadoramente, ahí es cuando las noto, tan grandes, tan varoniles, las
imagino… Oh, Dios… El corazón quiere saltar fuera de mí.
─Olvídalo─
Mascullo encogiéndome de hombros
─Qué genio…─
Se burla y toma asiento a mi lado, vuelvo a encogerme de hombros mientras
contemplo el resto de los créditos y por el rabillo del ojo detecto su rostro
sonriente mirándome cruzado de brazos… Oh, Dios… ¡Mátame!
─¿Qué?─
Pregunto malhumorada sin quitar la mirada del televisor que aún pasa el montón
de letras que no alcanzo a ver pero que finjo hacerlo…
─¿Quién es?─
Pregunta, me desconcierto, porque no sé de qué habla, el ambiente ha pasado de
ser incómodo a ser jocoso de un momento a otro, su hermosa sonrisa de dientes
blancos y perfectos ha cambiado incluso el aura que traigo encima de mí.
─¿El qué?─
digo frunciendo el ceño.
─El loco que
se ha metido contigo─ No me aguanto, me río…
─¿Y a ti qué
te importa?─ Pregunto jocosamente y él se une a mis risas…
─Bueno…
Calculo que tienes unos… veintitrés años más o menos─ Mis cejas se levantan
hasta casi que el nacimiento de mi cabello ¿Cómo sabe? Quizá es psíquico… ─Acerté ¿Cierto?
─¿Y cuántos
tienes tú? ¿Cuarenta?─ Pregunto volviendo la mirada hacia él, se rasca la
barbilla con un brillo peligroso en los ojos, sé que no tiene cuarenta, pero
OH, Dios… siempre dije que los tipos mayores eran más sexys… Pero que el
demonio me lleve si este hombre no es guapo si tuviera esa edad… Yo le creería…
Y babearías también…
─En realidad
no paso de los treinta… Pero ese no es el caso, se supone que con la edad que
tienes deberías tener algún idiota intentando descubrir que hay debajo de tu
falda─ Dice señalando mi ajustada falda negra con los tacones de punta rojos
que traigo ─Lo cual te daría buen humor, humor que no tienes…
─Eres un idiota…
¿Me quieres colocar de buen humor tú, acaso? ─Ladea la cabeza estudiándome y
sonríe pensativo
─No sería
mala idea… ─Levanto una ceja y es cuando entra Kendra, maquillada con un
exagerada sombra de ojos y un labial que se nota es barato, una falda que
apenas cubre su ropa interior y una blusa blanca con dos botones sueltos… Perra…
─Hola, Drew ─Saluda
inclinándose para darle un beso en la mejilla ¿Lo conoce? Joder… no puedo
evitar la emoción de celos que me da… pero quizá pueda hacer un buen uso de mis
habilidades para desquitarme… ¿No sería malo, cierto?
Kendra
siempre toma ventajas sobre las demás secretarias por su aspecto pomposo y algo
provocativo, para los hombres a algo más sensual, para mí, a darme náuseas…
Me concentro
en su falda y veo que se la ha subido a propósito, sonrío, vale, esto será
divertido…
Generalmente
puedo romper las cosas duras y pesadas, pero el hilo poco lo veo y no puedo
hacer uso total de mi visión así que silenciosamente tomo la llave de mi casa,
la hago separarse de mi mano, avanzar hacia ella mientras los dos conversan
como si llevaran años de conocerse… Da náuseas ver cómo le muestra los pechos
de vez en cuando, no puedo evitar mirar los míos y decepcionarme, así que con
la punta de la llave logro soltar un par
de hilos cuando ¡Zas! La falda le cae al suelo y yo hábilmente agarro la llave
que he usado y la escondo.
─¡Oh, Dios! ─se
queja ella cuando se da cuenta que la han descubierto subiendo su falda y yo
empiezo a reírme contra mi silla, Kendra voltea una mirada furibunda hacia mí y
yo me encojo de hombros diciendo como: “Lo siento mucho, nena.”
La cara de
Drew es un poema cuando nota las bragas de Kendra con dibujos animados, se tapa
la boca para intentar no reírse pero fracasa y yo continúo con mi ahogada risa
que podría decirse que confiesa mi culpabilidad, pero ¿Cómo probarlo? Eso me
hace reír aún más…
─¡Esto ha
sido tu culpa, Sky! ─grita ella
─Oh ─digo y
levanto las manos en defensa con cara divertida lo cual hace a Drew sacudir la
cabeza mientras ella sale de la sala hecha una furia y corriendo─ De acuerdo,
eso ha sido interesante…
Me levanto y
comienzo a recoger todos los papeles regados en la mesa, Drew me observa
silenciosamente, luego se levanta a un paso lento, el ambiente cambia y se carga
eléctricamente, puedo escuchar cada latido de su corazón, sentirlo moverse cada
vez más cerca, puedo notar la respiración que cada uno tiene, y de repente la
mía, ha cambiado…
Él parece
notarlo.
Y eso no me
gusta…
─En serio
¿Quién es? ─me susurra al oído, posa su mano en mi cintura y con el pulgar
suavemente me acaricia, el corazón empieza a aumentar su frecuencia de latidos,
la respiración se vuelve acelerada, mis sentidos se agudizan, y lo único que
tengo por sentir son sus dedos en mi cintura estimulando mi centro de
autocontrol para llevarlo abajo… No puedo, simplemente no puedo soportarlo y
tengo que cerrar los ojos para controlar el impulso hormonal… Joder, rápido, antes de que empiece a
temblar la habitación…
─Nadie, no
molestes… ─le digo sacudiéndome de su tacto y alejándome de él lo más que
puedo…─ Espero no volver a encontrarte por aquí
Drew sonríe
y ladea la cabeza estudiándome, abro la puerta y me retiro con mis cosas…
Por el
camino del autobús hasta mi casa sigo pensando en Drew, en cómo casi me hace
perder el control con sólo posar su mano en mi cintura, sentir esa atracción,
esa electricidad… Dios… ha sido una de las sensaciones más abrumadoras y
emocionantes que…
Doy un
respingo en mi asiento al notar algo… Una sombra se mueve de mi campo de
visión, alguien me está mirando, evalúo los pasajeros del autobús pero no
parece haber nada anormal, todos están en sus actividades, leyendo, escuchando
música, mirando por la ventana, dormidos o hablando por el móvil… Todo está en
total calma… Excepto yo… Y lo que más odio, es que cuando siento que alguien me
está mirando… Es porque así es.
El autobús
se detiene en el paradero cerca de mi casa y bajo para subir al apartamento… La
sensación se desvanece a medida en que me adentro al piso… Y finalmente caigo
en el sofá muerta de cansancio.
Escucho a
Naty hablar con alguien en la cocina, así que dejo todo lo que traigo en el
sofá y me levanto a ver con quien habla, entro a la cocina y encuentro a Naty y
Tony, su novio, cocinar algo…
─¡Hola, Sky!
─me saluda Naty quien se acerca a mí para darme un gran abrazo, se lo devuelvo
gustosa mientras saludo a su novio
─Hola, Tony ─le
digo y él me saluda batiendo la mano porque tiene la boca llena de comida, Tony
es algo parecido a la oposición de Natasha versión hombre, es decir… Ese hombre
es totalmente serio, es muy poco sociable, pero un gran amigo, recuerdo la
paliza que le dio al último novio que quiso propasarse conmigo… Naty dice que
me considera como su hermanita y bueno… después de lo que pasó con mi hermano
mayor, quiero pensar que no me he quedado sola, así que intento pensar eso
también…
Mi hermano
mayor, Demian, murió en un accidente, no lo recuerdo, estaba muy pequeña, sólo
sé que iba a su práctica de soccer, y el bus de su escuela se volcó… No sé por
qué pensar en él duele tanto, porque no lo recuerdo, pero me gustaría tenerlo
aquí, ahora…
Sin embargo,
me siento muy feliz por Natasha y Tony…
─¿Celebramos
algo? ─pregunto sentándome en la silla cuando Tony empieza a pasarle los platos
a Natasha para que los ponga en la mesa…
─Pues, tú
trabajo ─dice ella al colocar el último plato, se sienta frente a mí, y espera
que Tony se siente en el extremo de la mesa─. Y también, que serás tía…
Naty se toca
el vientre y yo abro los ojos cuando me doy cuenta de lo que quiere decirme
─¡Oh, Dios!
¡Naty! ─Me levanto y le doy un fuerte abrazo─ ¡Felicidades!
La aplasto
un momento más y luego me doy vuelta para felicitar a Tony que tiene una mini
sonrisa y me toma en brazos lo suficiente para dejarme felicitarlo…
─Oh, vamos… ─Me
quejo─ Soy como tu hermana menor, no seas tímido…
─¿Le
dijiste? ─Le pregunta él a Naty enarcando una ceja y ella se ríe encogiéndose
de hombros… luego se acerca a nosotros y nos unimos en un abrazo tipo Sándwich.
Después de
cenar y hablar un poco Naty y yo en la mesa, notamos una extraña actitud de
Tony al mirar insistentemente por la ventana del apartamento.
─Cariño
¿Pasa algo? ─pregunta ella preocupada y él la mira un momento, frunce el ceño, echa
un vistazo de nuevo por la ventana y luego responde:
─Tengo la
impresión que alguna de las dos tiene un admirador…
E N G A N C H A D A!!!!! prologo y 1er capítulo y ya quiero mas 😀 jajajaja supongo q subiras caps los jueves no? Y los sábados para Herederas.......?
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